viernes, noviembre 22, 2024
13.4 C
Puebla
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

OTROS ARTÍCULOS

Que las mujeres hablen en público sobre la masturbación es algo trascendental

Este juguete sexual se ha convertido en un ‘hype’ muy necesario para romper uno de los grandes tabúes de la historia: el autoplacer femenino. Ha sido en 2019, en la clausura de una década que será recordada por la globalidad del movimiento feminista. Tres expertas hablan de su impacto social.

Hace unos días, María Valverde dijo en La Resistencia: «No follo tanto como me gustaría, pero me masturbo bastante». Qué sencillo era. Y muy difícilmente hubiera pasado antes de 2019. Precisamente, la actriz protagonizó hace casi quince años Melissa P. (Luca Guadagnino, 2005), un filme en el que daba vida a una joven considerada promiscua para su edad. Por supuesto, fue un trabajo polémico. Y, qué cosas, para la mayor parte de la crítica y la audiencia el escándalo no residía en las escenas que mostraban a un grupo de hombres intimidándola y forzándola, sino en las que se masturbaba y disfrutaba de su placer a solas. En el presente, esa declaración en uno de los programas más populares de la televisión es una realidad, aunque no se ha librado de venir acompañada de numerosos titulares, algunos de medios masculinizados, en un gesto que huele a clickbaiting, y otros en cabeceras generalistas que elogian, de algún modo, su naturalidad. Sin embargo, la lectura que daremos aquí es la de que es cuanto menos un hito que una mujer que es, además, un personaje público, hable sin tapujos de su sexualidad. Y del último bastión a derribar en cuanto a placer femenino: la masturbación. Vaya por delante que, ojalá, esto no fuera motivo de celebración.

https://www.instagram.com/p/B52Zza3Kqs4/?utm_source=ig_web_copy_link

En el año que termina se ha popularizado el uso de los succionadores de clítoris, en concreto, el de la marca Satisfyer. Se ha convertido en objeto de un hype e, incluso, en algo pop. En redes sociales se ha aludido a él hasta el punto de terminar en memes y en las sobremesas ha sustituido a temas como la política, Greta Thunberg y el feminismo. Aunque, en realidad, tiene mucho de este último. De hecho, es su razón de ser. «Estoy convencida de que la creciente expansión del feminismo está teniendo mucho que ver. Las mujeres cada vez tenemos más conciencia sobre nuestra posición en la sociedad, se están derribando muchas barreras y prejuicios, también hacia nosotras mismas, hacia nuestros cuerpos y nuestras necesidades», dice Eva Cid, que se presenta como lesbiana, escritora e integradora social, y que celebra que desde las empresas de juguetes eróticos se tengan en cuenta las necesidades de las personas con vagina. «Creo que, sobre todo, en los últimos años se están interesando realmente por el placer femenino, cosa que antes, lamentablemente, no ocurría. Hemos pasado de tener un catálogo de dildos de todos los tamaños sin más funcionalidad que la de la penetración, a tener masajeadores de todo tipo, estimuladores de punto G y, ahora, los succionadores de clítoris».

Aquí entra en escena Platanomelón, la primera marca de juguetes eróticos DVNB (digital vertical native brand) nacida en España. Dirigida por Anna Boldú, en tan solo cinco años se ha consolidado gracias a una apuesta que consideran la razón de su éxito. «Creamos una fórmula de comunicación con la intención de impulsar nuevas formas de entender la sexualidad y convivir. A través del contenido educativo caracterizado por el humor, la diversión y la profesionalidad de nuestro equipo de sexólogos, hemos construido la comunidad más grande del mundo en torno al sector, con más de un millón de seguidores, y de forma 100% orgánica, casi sin anuncios, porque las redes sociales nos impiden hacer publicidad al ser una marca de juguetes eróticos», expresan. Entre sus logros, destacan lo siguiente: «Hemos puesto en evidencia la necesidad de disponer de una educación sexual más allá de saber cómo prevenir el embarazo y las ITS, que es lo que te enseñan en el colegio o en casa. El contexto social actual, sin duda, ha contribuido a reivindicar el placer femenino. Aunque aún queda mucho por hacer, cada vez se habla más de sexualidad y se le da protagonismo al placer. Y, en consecuencia, hay menos pudor y más libertad a la hora de probar cosas nuevas, como los juguetes eróticos».

Por su parte, Jade Magdaleno, matrona y sexóloga, apoya esa revisión en el sector. «Hace unos años se podría decir que se diseñaban juguetes sexuales sin tener en cuenta lo que realmente era placentero para una mujer. ¿Penes enormes con venas marcadísimas, en serio? Cuando una mujer se masturba, lo hace, principalmente, estimulando el clítoris, no mediante penetración, y es ahí donde se han centrado en los nuevos juguetes sexuales», expone, y respecto a ese clima de libertad que afecta positivamente a las mujeres, reflexiona: «La sexualidad femenina era un tema completamente tabú. Hemos avanzado a pasos agigantados en los últimos años. Por un lado, se le ha empezado a dar al placer femenino el valor que le corresponde. Las mujeres lo demandan y sus parejas desean proporcionárselo. Por otro, se ha asumido que los encuentros eróticos no tienen por qué ser siempre mediante el coito o empezar y acabar con él, de hecho, hay mujeres que no alcanzan el orgasmo solo con la penetración vaginal. Hace unos años, ellos podían comentar sin tapujos que se masturbaban, mientras nosotras seguíamos sacando a escondidas la compresa del bolso. Socialmente estamos inmersos en un contexto que exige igualdad entre hombres y mujeres, y la igualdad también pasa por tener la misma libertad a la hora de hablar y vivir la propia sexualidad».

https://www.instagram.com/p/B156Ruon62W/?utm_source=ig_web_copy_link

Sobre la deconstrucción de una sexualidad cimentada sobre y desde el relato histórico heteropatriarcal, Eva Cid comenta: «Creo que el orgasmo femenino es una enorme deuda histórica para con nosotras. La educación sexual se ha explicado siempre en términos reproductivos, heteropatriarcales, androcéntricos y centrada en el coito. La masturbación ha sido, y sigue siendo en muchos casos, un tema tabú para muchas mujeres. Por otra parte, los juguetes sexuales tradicionales reproducen esa idea androcéntrica de la sexualidad. Productos como el Satisfyer nos proporcionan una herramienta maravillosa para explorar nuestros cuerpos y nuestro propio placer lejos de todo eso, de la mirada y las necesidades masculinas. Muchas mujeres tienen dificultades para tener orgasmos, tanto en pareja como en solitario, por el modelo de sexualidad que se nos impone socialmente, por la ausencia de una educación sexual científica y de calidad, y este juguete nos está ayudando a conocer nuestro cuerpo y a ser dueñas de nuestro propio placer. Y de nuestros orgasmos». En Platanomelón analizan el éxito del juguete genérico, aunque el más conocido sea el de Satisfyer. «Creemos que la clave del éxito del succionador de clítoris es el hecho de proporcionar una sensación distinta a la de la vibración. Satisfyer es una de las marcas que ofrece este tipo de juguetes, pero la marca Womanizer fue la primera en lanzarlo. Así que el éxito se lo ha ganado a pulso el producto en sí. El succionador de clítoris es un juguete sexual innovador, potente, versátil –se puede usar en pareja y bajo el agua– y es adecuado para casi todas las vulvas –aunque, al ser tan potente y eficaz, no se recomienda en personas que aún no tienen experiencia sexual–. La succión es tal que da la sensación de estimular todo el clítoris (sus 13 centímetros). Muchas afirman no haber sentido nada igual y algunas lo describen como ondas expansivas a través de todo el cuerpo. Además, gracias a su sistema se evita la irritación del clítoris, ya que no lo toca directamente», añaden.

Este también ha sido el año en el que libros como Entre mis labios, mi clítoris (Caroline Michel y Alexandra Hubin, 2018), traducido en España por Amelia Ros García, se han hecho virales y la sanción pública empieza a recaer en quien se incomoda si una mujer sostiene una lectura así en público y no al revés; y en el que el documental Placer femenino (Barbara Miller, 2019) nos recordó que la lucha continúa en el momento en el que, en alguna parte del mundo, a una niña se le está mutilando o a una mujer se le lapida, encarcela o demoniza por revelarse como un ser sexual. Jade Magdaleno amplía la lista de asignaturas pendientes en cuanto a la sexualidad. «No voy a entrar en cuestiones de identidad y orientación, donde todavía queda mucho por hacer pero, al menos, ya se está hablando de ello en casi todos los ámbitos. ¿Pero qué ocurre con la sexualidad en determinadas etapas vitales? Cuando vemos a un niño tocarse los genitales, con un claro propósito de disfrutar, aunque no sepa qué es masturbarse todavía, le recriminamos, le decimos que eso está mal, es feo o, incluso, que le ocurrirá algo malo si continúa haciéndolo. A esa niña, habiéndole plantado la semilla de que tocarse está mal, años después le diremos que viva y disfrute su sexualidad. ¿Y las mujeres mayores? ¿Y qué pasa con la sexualidad de las mujeres que tienen algún tipo de diversidad funcional, física o psicológica? ¿No tienen deseo, no se excitan, no buscan satisfacerse, no tienen el mismo derecho que el resto de mujeres?», termina.

Vogue.

ÚLTIMOS ARTÍCULOS