El pasado 27 de octubre llegaron los compañeros de cuatro patas, perros, gatos, también aves o cualquier otra especie a visitarnos y a disfrutar de su ofrenda, tradición que crece cada año para recordar a nuestros mascotas, que nos dijeron mucho amor, felicidad u lealtad.
Con motivo de las celebraciones de Día de Muertos, muchas familias han comenzado a preparar ofrendas especiales en honor a sus mascotas y animalitos de compañía que se adelantaron en el camino. Esta tradición ha ido creciendo en los últimos años, y cada vez más hogares colocan altares con recuerdos, juguetes, comida y fotografías de sus compañeros que se adelantaron en el camino.
El respeto y cariño hacia las mascotas ha llevado a las familias a rendirles un tributo similar al de los seres queridos, incorporando en las ofrendas alimentos y objetos que disfrutaban en vida, como premios, croquetas, mantas y pelotas. Además, algunas personas incluyen flores de cempasúchil y velas para guiarlos en su regreso espiritual, creyendo que sus almas también visitan el hogar en esta época especial.
Este tipo de ofrenda refleja la profunda conexión emocional que las personas tienen con sus mascotas, quienes se convirtieron en miembros importantes de la familia. La tradición no solo honra su memoria, sino que también permite que las familias celebren el amor y los momentos compartidos con ellos.
Con este gesto, quienes han perdido a sus compañeros peludos encuentran consuelo y una manera de mantener viva su memoria, recordando el cariño incondicional y la compañía que ofrecieron.
Recodar que de acuerdo a la cultura Maya y Nahuatl, el perro es el animal que guía a sus amos recién fallecidos por el camino o río del intramundo para encontrar la paz con sus dioses.
Actualmente se dice que los perros nos guían por el camino espinoso y obscuro hasta llegar al cielo con Dios Nuestro Señor, de acuerdo a nueva creencia entre los católicos.