Revista Única comparte 7 formas para que controles los berrinches que son respaldadas por los especialistas.
Una parte que en ocasiones desespera en la crianza de un niño pequeño son los berrinches. Es normal ver al niño jugando y en un segundo esta enojado arrojando juguetes. Por esto antes de que llegues a colapsar te damos maneras para sobrevivir y domesticar las rabietas de un niño pequeño.
Compartimos 7 maneras que te ayudarán:
Detén a tu hijo antes de que empiece.
Los especialistas consideran que los berrinches son más fáciles de prevenir que el tratar de detener. Esto porque los pequeños están tranquilos y pueden concentrarse para desarrollar las habilidades que necesitan para expresarse con el lenguaje en lugar de lanzar un ataque.
“Muchos niños pequeños que hacen una rabieta no pueden expresar completamente lo que quieren y necesitan”, señaló Mary Barera, PhD, analista de comportamiento certificada por la junta y autora de More Talking, Less Tantrums.
Agregó que “la clave es dedicar el 95 por ciento del tiempo a prevenir las rabietas enfocándose en enseñar un lenguaje fácil y tareas de aprendizaje”.
Los padres están ocupados y no es fácil ver a los hijos si estas checando la ropa sucia, cocinando la cena, trabajando, por esto toma en cuenta lo siguiente.
Tienes que mantener la calma.
El adulto debe tomar las cosas tranquila, manteniendo la calma incluso cuando se acaba la paciencia. Así que hagas lo que hagas no tienes que unirte a tu hijo pequeño a su histeria.
“Los padres deben permanecer tranquilos y centrados para no alimentar las rabietas y la histeria”, manifestó Judith Orloff, MD, profesora asociada de psiquiatría en UCLA y autora de The Empath’s Survival Guide. “Cuanto más tranquilo estés, más breve será la rabieta”.
Mantente constante.
Existen varias maneras para tratar una rabieta y los papás darse cuenta de que enfoque funciona más que otro. Lo que elijas apégate a esto. «Cuando das mensajes contradictorios, el berrinche de tu hijo será mucho peor» explicó la Dra. Orloff.
“Quieres criar hijos que sepan cómo responder a los límites”.
Ayuda a tu hijo a etiquetar sus emociones.
Durante un berrinche, es fácil dejarte atrapar y hacer que tanto los gritos como las lágrimas se detengan.
Es más no hay nada de malo en estar enojado o triste y es bueno que tu hijo experimente estas emociones. Tienes que ayudarlo a que nombre sus emociones, señaló Janet Lansbury, experta en paternidad.
El hecho de decir frases como: «Parece que te enoja cuando es el momento de limpiar» esto ayudará a tu hijo a obtener una comprensión madura de sus sentimientos explica la especialista. También hay señales de que estas criando a un niño emocionalmente inteligente.
Se tienen que establecer límites.
No hay nada malo en que tu hijo esté enojado o triste, pero esto no significa que pueda tirar cosas, golpear o morder a sus hermanos o a ti.
De acuerdo a Lansbury quien piensa que el actuar así es una manera en la que los niños están poniendo a prueba los límites que tú le das para estar seguro de que cuenta con protección y seguridad.
“Por ejemplo, puedes evitar que un niño golpee, haciéndole saber que no vas a permitir que se comporte de esa manera. Es tu trabajo insistir en que tu hijo haga lo que tú dices, incluso si eso significa ayudarlo a completar una tarea como colocarlo en su asiento de seguridad mientras patea y grita. No es divertido, pero les muestra que lo que dices es en serio”. Escribió en su blog.
Debes ser compasivo.
Se requiere que los niños sepan que el amor de los padres por ellos es incondicional, inclusive cuando están haciendo rabietas o poniendo a prueba los límites, manifestó Janet Lansbury.
Ahora bien si los pequeños sienten que el amor de los padres por ellos tiene límites y que por como se comportan puede cambiar el sentimiento hacia ellos, posiblemente se porten más mal y tengan dificultades para confiar en ti para que satisfagan sus necesidades.
Limpiar la pizarra.
Al terminar el berrinche dale vuelta a la página, no reproches al niño ni permitas que cambie la forma en que te comportas con él el resto del día. Puede que te concentres en lo positivo después de decir y hacer una rabieta.
“Incluso cuando tu hijo muestra algún tipo de comportamiento problemático como un berrinche y necesitas reaccionar, poniendo algún tipo de consecuencia, ‘limpia la pizarra’ rápidamente”, explicó la Dra. Orloff.
Los puedes distraer con una nueva actividad, como un juguete diferente, o simplemente señalando un pájaro que ves por la ventana.
Posteriormente, “vuelve a darle al niño ocho interacciones positivas con cada negativo, lo que evitará la mayoría de los comportamientos problemáticos”, opinó.
Imágenes Pixabay
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