Las burlas juguetonas entre padres e hijos pueden tener efectos positivos, pero las burlas sobre ciertos temas pueden causar ansiedad, depresión, baja autoestima y enojo.
Mantén el tono juguetón.
Investigaciones muestran que las burlas juguetonas entre los padres y sus hijos pueden ser una forma de fortalecer las relaciones, plantear temas difíciles y simplemente divertirse, pero los padres deben reconocer cuando las burlas cruzan la línea y se vuelven hirientes.
“Las bromas deben de disfrutarse por ambas partes, deben ser divertidas” dice Carol Bishop Mills profesora de la Facultad de Comunicación y Ciencias de la Información de la Universidad de Alabama. “Pero debes prestarle atención a tu hijo, si el mira hacia otro lado, rompe en llanto, no se ríe, debes reconocer que no lo esta disfrutando”.
También existen reglas sobre lo que está bien y no está bien para molestar a tu niño. La apariencia y el peso son tabú, pero molestarlo sobre temas seguros como una habitación desordenada, o cosas que se pueden cambiar fácilmente, te regalan momentos de enseñanza, dice Bishop Mills.
Las burlas también deberían ser una calle de dos vías. “Tienes que estar dispuesto a dejar que tu hijo se burle de ti por las cosas”. Si van demasiado lejos, tienes que asegurarte de no reaccionar mal, en cambio convertirlo en un momento de aprendizaje”, nos explica. “Diles que sabes que era en tono de burla, pero heriste los sentimientos, esto ayuda a los niños a aprender los límites”.
Rendimiento deportivo.
La diversión es la principal razón por la que a los niños les gusta practicar deportes, y “ya no es divertido” es la principal razón por la cual los niños abandonan los deportes, según un estudio de la Universidad George Washington.
Cuando los padres se involucran demasiado en el proceso de coaching, los niños pueden temer cometer errores y sentirse faltos de respeto. Si bien las burlas pueden ser una parte lúdica de los deportes, no deberían hacerlo los padres, dice Bishop Mills. Con el rendimiento, los entrenadores y los compañeros pueden burlarse de la manera en que los padres no pueden, explica.
“En los deportes, las burlas se hacen con el concepto de ser parte de un equipo: los padres no son parte de este”. Hacer bromas a un niño sobre el rendimiento deportivo no solo puede hacer que un niño abandone el deporte, puede dañar su autoestima, dice Gabriel Kaplan director médico de Behavioral Health Services en Bergen Regional Medical Center en Paramus, Nueva Jersey.
“El niño ya sabe que no son buenos en su deporte y ya están molestos por decepcionar a sus padres”, dice Kaplan. “Cuando se burlan, se sienten atacados, insultados. Los padres deben reconocer si el deporte es bueno para el niño. Si el niño tiene talento, hable con el entrenador y descubra qué puede hacer para mejorar su técnica”.
“Los padres deben recordar que las burlas siempre deben tener un elemento de humor, si no es divertido, no es una burla”. Estar molesta porque quería que su hijo obtuviera un 10, pero obtuvo un 7 es normal, dice Kaplan, pero los padres tienen que aprender cómo hacer que el malestar sea productivo. “No esta mal decirle a su hijo: “Me decepciona que hayas sacado 7, pero debes trabajar con ellos para resolverlos”.
Escuela.
Una mala calificación puede desencadenar emociones tanto en el padre como en el niño, pero las burlas solo deben utilizarse para la motivación, como un recodatorio suave para estudiar o hacer la tarea, y no deben enfocarse en la habilidad porque eso podría empeorar la situación dice Bishop Mills.
También es posible descubrir que tu hijo no es un un niño de puro 10. “Él podría sacar nueves, pero sería bueno saber si hay una discapacidad de aprendizaje o tal vez este deprimido o siendo intimidado”.
Timidez.
La introversión y la extroversión son rasgos que están conectados al niño, explica Bishop Mills. “Burlarse de un niño por ser tímido solo empeora las cosas”. La timidez tiene que ver con la autoestima, dice Kaplan. Es saludable para los padres presionar a sus hijos tímidos para que estén con amigos.
Sugiere establecer fechas de juego en la casa del niño y hacer de esta un centro de juego y diversión. “Si prueba todas estas cosas y el niño todavía esta completamente solo, entonces puede haber algo más que esté sucediendo. Intenta hablar con el consejero escolar para ver si ocurrió un evento que marcó el comportamiento”.
Inteligencia.
Hacer bromas a alguien acerca de ser súper inteligente puede ser un refuerzo positivo, especialmente cuando el niño se siente bien acerca de ser nerd o ser un exagerado, explica Bishop Mills. “Pero nunca está bien comparar a un niño con otro niño”.
Ellos ven las comparaciones con sus compañeros o hermanos de una manera negativa, explica. “Sin embargo, compararlos con una súper estrella como Albert Einstein o David Ortiz, es diferente. Consideramos que nuestros hijos son extensiones de nosotros mismos”, dice Kaplan, pero son ellos, y tenemos que entender que son personas diferentes.
“Si el padre era el capitán del equipo de fútbol y el niño es un ratón de biblioteca, habrá algunos sentimientos”, dice. “Es importante asegurarse que el niño es feliz y bien cimentado. Si sierran la puerta y pasan 10 horas leyendo y no hablan con otros niños, eso es un problema”.
Dejar a tu hijo con sobrepeso o llevarlo a comprar ropa y preguntarle “¿qué pasó?”.Cuando tienen que pedir una talla más grande, no ayudará a la situación, dice Kaplan. “Ellos ya saben que tienen sobrepeso y se sienten mal por ello”. Si los dejas, no hay nada mejor que una avalancha de azúcar para hacerte sentir bien; irán y comerán más.
Peso.
Lamentablemente, la obesidad es un gran problema médico en este país, dice Kaplan. Este problema empeora aún más por los estigmas sociales del sobrepeso. Los estudios demuestras que etiquetarse como “demasiado gordo” en la infancia, esta asociado con mayores probabilidades de tener un IMC obeso casi una década más tarde y las burlas que reciben cuando son más jóvenes pueden causar un daño duradero.
Miedo.
Desde monstruos debajo de la cama hasta la oscuridad y ruidos fuertes, los temores que pueden parecer tontos para un adulto pueden ser muy reales para un niño. Reír o burlarse no los ayudará a superar sus miedos, de hecho, podría empeorarlos.
Al igual que la introversión y la extroversión, tomar riesgos también es un rasgo que está conectado al niño explica Bishop Mills. “Algunos niños nacen riesgosos, y otros no“, dice ella. Pero burlarse de un niño que está asustado por algo no es una forma de que ellos amplíen su horizonte; es necesario que se sientan seguros.
Elección de la ropa.
La mayoría de los niños domina los principios básicos de vestirse a los tres años, y la tarea de vestirse los ayuda a sentirse más competentes y seguros. “Cuando te burlas, traes la posibilidad de que puedan ser juzgados“, dice Bishop Mills, “y eso puede afectar su autoestima”.
La forma en que nos vestimos representa cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos y cómo queremos vernos ante los demás, dice Kaplan. Al principio, los niños quieren parecerse a los demás, quieren usar la misma ropa y sentirse aceptados, pero en la adolescencia quieren encontrar su propia identidad, explica.
Aunque hay momentos en que los niños pueden llegar a ser demasiado individuales, como vestirse provocativamente, Kaplan dice que, como padre, tienes que confiar en tu instinto y saber cuándo las cosas no van bien. “Cuando un niño siempre se ve malhumorado y siempre está vestido de negro, eso significa que se siente oscuro y hosco”.
Este tipo de comportamiento muestra angustia y puede hacer que otros rechacen a su hijo, explica. En tales situaciones, la vestimenta se vuelve importante porque puede tener consecuencias sociales.
Cosas materiales .
Cuando se le pregunta a los niños si saben si son pobres o ricos, incluso los más pobres dirán que son ricos, esto se debe a que los niños no siempre entienden esta distinción, dice Kaplan “Los adultos tienden a pensar mucho que sus hijos van a crecer afectados si no tienen el último PlayStation o IPhone”.
Burlar a alguien por lo que no tiene puede generar envidia, resentimiento y descontento, y eso puede tener un efecto e impacto negativos en el niño. Los padres deben enseñarles que aunque no tengan las cosas materiales pueden encontrar algo y ser los mejores en ello.
Rasgos físicos.
Tener cabello rojo o muchas pecas, ser demasiado bajo o demasiado alto, o tener que usar anteojos o aparatos ortopédicos, sin importar cual sea la característica, burlarse de tus hijos por eso no esta permitido dice Bishop Mills, especialmente cuando el niño es más pequeño.
“Este tipo de burlas de los padres puede tener efectos secundarios negativos que pueden conducir a problemas de autoestima que seguirán a un niño a lo largo de su vida. “Los niños más pequeños aún se están formando a sí mismos”, explica, “y cuando escuchan los mensajes lo suficiente, los internalizan”.