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Galileo Galilei, considerado el padre de la astronomía moderna

Galileo contradijo la teoría geocéntrica y fue llevado ante la Inquisición acusado de herejía.

En esta ocasión hablaremos de un filósofo, matemático, físico y astrónomo italiano, que es parte de la revolución científica, hablamos de Galileo Galilei, quien falleció el 8 de enero de 1642. Pero ¿quién fue este hombre?, nació el 15 de febrero de 1564 en la ciudad de Pisa, Italia, dentro del seno de una familia de comerciantes. Su padre Vincenzo Galile, de origen florentino, procedía de una familia que tiempo atrás había sido ilustre. Galileo fue el primogénito de siete hermanos. A los diez años de edad, sus padres se trasladaron a Florencia, dejándolo al cuidado de un vecino religioso que acabaría introduciéndole en la vida eclesiástica.

Pocos años más tarde, tan pronto como se enteró; su padre, un hombre no muy devoto, sacó a su hijo del convento en el que se hallaba y lo inscribió en la Universidad de Pisa para que estudiara medicina,esto en el año de 1581. El joven Galileo, sin embargo, no encontró en la medicina su vocación. Además, su poca tolerancia hacia la autoridad, la ignorancia y la falta de espíritu crítico de sus profesores, le condujo a abandonar la universidad a los 21 años y a centrarse en su verdadera vocación: la física. Con 25 años, tras hallar algunos importantes descubrimientos en el campo de la mecánica, consiguió una plaza de profesor de matemáticas en la Universidad de Pisa. A partir de ese momento, comenzó a compaginar la docencia con la investigación y la invención de nuevo instrumental científico.

En 1609, un antiguo alumno le hizo saber de un nuevo descubrimiento holandés que cambiaría su vida para siempre: el monocular (anteojo). Enardecido por las futuras aplicaciones de ese novedoso, inmaduro y desconocido artefacto, Galileo construyó su propio telescopio, superando en poco tiempo la resolución y posibilidades del instrumento original. El éxito de sus telescopios no solo le reportó fama por toda Europa y un puesto vitalicio en la Universidad de Padua, gracias a ellos, comenzó a observar los astros y aglutinar pruebas que acabarían apoyando la teoría heliocéntrica que Nicolás Copérnico formuló un siglo antes.

Las teorías de Copérnico habían revolucionado recientemente la astronomía. Galileo les dio una confirmación empírica cuando descubrió, con ayuda del telescopio que él mismo construyó, que las montañas de la Luna revelaban una naturaleza similar a la de la Tierra; también con el telescopio, fue posible observar las fases de Venus, alrededor del año 1610. Estos hechos invalidaron radicalmente la cosmología geocéntrica.

Eminente hombre del Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y artes (música, literatura, pintura). Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento. Ha sido considerado como el padre de la astronomía moderna, el padre de la física moderna y el padre de la ciencia.Su trabajo experimental es considerado complementario a los escritos de Francis Bacon en el establecimiento del moderno método científico y su carrera científica es complementaria a la de Johannes Kepler.

En Florencia, bajo la protección de la familia Médicis, se dedicó al estudio del comportamiento de los objetos en el agua. En esta época escribió De motu, una obra que aún se puede calificar de precientífica en el sentido moderno pero donde ya se atacaba la física aristotélica. En ella expone que la afirmación realizada por Aristóteles de que la velocidad con la que cae un cuerpo es proporcional a su peso era errónea, aunque no publicó el tratado porque sabía que contenía errores que, aunque pequeños en comparación con las nuevas aportaciones, eran suficientes para que los filósofos naturales aristotélicos tuviesen excusa para atacarlo. Además, su propuesta era demasiado revolucionaria para exponerla sin una explicación adecuada, cosa que no logró hasta diez años después.

La obra de Galileo abarca el desarrollo del método científico con el desarrollo inicial de la física y una revolución completa de la astronomía al utilizar el telescopio por primera vez al estudio sistemático de los cielos. En el panteón de la revolución científica, Galileo ocupó una alta posición por el uso pionero de los experimentos cuantitativos con resultados analizados matemáticamente. No existía tradición alguna de métodos similares en el pensamiento europeo en aquel tiempo; el gran experimentador que precedía inmediatamente a Galileo, William Gilbert, no usaba un aproximamiento cuantitativo.

También contribuyó al rechazo de la lealtad ciega a la autoridad (como la Iglesia) u otros pensadores (como Aristóteles) en materia de ciencia y en la separación de ciencia, filosofía y religión. Es por esto que se le llama «padre de la ciencia».En el siglo XX algunas autoridades desafiaron la realidad de los experimentos de Galileo, en particular el distinguido historiador de la ciencia Alexandre Koyré. Los experimentos relatados en Dos nuevas ciencias para determinar la ley de aceleración de caída de los cuerpos, por ejemplo, requieren medidas precisas del tiempo, lo cual parece imposible con la tecnología del siglo XVII. Según Koyré, se llegó a la ley deductivamente, y los experimentos eran meramente ilustrativos.

Investigaciones posteriores, sin embargo, los han validado. Los experimentos de caída de cuerpos (ahora deslizamiento de cuerpos) fueron repetidos usando los métodos descritos por Galileo (Settle, 1961), y la precisión de los resultados eran compatibles con el informe de Galileo. Más tarde la investigación de documentos inéditos de Galileo, mostró la veracidad de los experimentos y hasta indicó resultados particulares que condujeron a la ley del cuadrado de los tiempos (Drake, 1973).

Galileo es uno de los iniciadores de la física experimental. Su nombre ha quedado asociado indeleblemente a la defensa del movimiento de la Tierra y de los planetas alrededor del Sol. Entre diciembre de 1609 y enero de 1610, realizó con su telescopio las primeras observaciones de la Luna, comprobando la existencia en nuestro satélite de montañas y cráteres que demostraban una similitud con la Tierra. Galileo descubrió cuatro lunas que orbitaban alrededor de Júpiter. Las numeró del 1 al 4 y las llamó «planetas medíceos» en honor del Gran Duque Cósimo II de Médicis. Este hallazgo echaba por tierra definitivamente la teoría de que la Tierra era el centro de todos los movimientos que se producían en el cielo.

Estos trascendentales descubrimientos eran la estocada definitiva para echar por tierra las teorías cosmológicas de Ptolomeo y Aristóteles. Ansioso por darlos a conocer, Galileo redactó a toda prisa un breve texto que se publicó en marzo de 1610 y que no tardó en hacerlo famoso en toda Europa: el “Mensajero de los astros, que dedicó Cósimo II de Médicis». Con ello, Galileo aseguró su nombramiento como matemático y filósofo de la corte toscana y la posibilidad de regresar a Florencia. El empleo incluía una cátedra honoraria en Pisa, sin obligaciones docentes.

Para 1611, Christof Scheiner (jesuita alemán), observó las manchas solares y publicó un libro (bajo seudónimo) en el que afirmaba que las manchas eran un fenómeno extrasolar (estrellas próximas al Sol, que se interponían entre éste y la Tierra). En 1613, en el libro “Historia y demostración de la maquinaria solar”, Galileo que ya había observado con anterioridad estas manchas y con ocasión de un viaje que hizo a Roma, las mostró a las autoridades eclesiásticas, salía al paso de la interpretación de Scheiner, afirmando que las manchas eran del Sol y no un fenómeno externo. El texto desencadenó una polémica que se prolongó durante años e hizo del jesuita uno de los más encarnizados enemigos de Galileo.

En 1618, Galileo se vio envuelto en una nueva polémica con otro jesuita, Horacio Grassi, a propósito de la naturaleza de los cometas. Como resultado Galileo escribió un texto, rico en reflexiones acerca de la naturaleza de la ciencia y del método científico. La obra estaba dedicada al nuevo papa Urbano VIII, y en el cual Galileo afirmaba que “el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático”. El cardenal Roberto Belarmino (jesuita), proclamó que no había una prueba científica concluyente en favor del movimiento de la Tierra, el cual estaba en contradicción con las enseñanzas bíblicas. En consecuencia, el 23 de febrero de 1616, el Santo Oficio condenó al sistema copernicano como falso y opuesto a las Sagradas Escrituras. Galileo fue amonestado y recibió la orden terminante de no enseñar públicamente las teorías de Copérnico.

Galileo se refugió durante unos años en Florencia, dedicándose a la confección de unas tablas de los movimientos de los satélites de Júpiter, con el objeto de establecer un nuevo método para el cálculo de las longitudes en alta mar, método que trató en vano de vender al gobierno español y al holandés.La nueva situación animó a Galileo a redactar la gran obra de exposición de la cosmología copernicana que ya había anunciado en 1610. En ella, los puntos de vista aristotélicos se confrontaban con los de la nueva astronomía, en forma de diálogo.

El Santo Oficio no dudó en abrirle un proceso, pese a que Galileo había conseguido un imprimatur para publicar el libro. Iniciado el 12 de abril de 1633, el proceso terminó con la condena a prisión perpetua, pese a la renuncia de Galileo a defenderse y a su retractación formal. La pena fue suavizada al permitírsele que la cumpliera en su quinta de Arcetri, cercana a Florencia y al convento donde en 1616 había ingresado su hija más querida, Virginia.

Con tanta imprudencia como entusiasmo, Galileo hizo públicos sus resultados aún sabiendo que contradecir la teoría geocéntrica podría llevarle ante la Inquisición por herejía. Y así fue. Poco antes de morir tuvo que retractarse y negar la verdad para no acabar quemado en la hoguera. Dicen algunos historiadores, que en voz baja, justo después de abjurar, murmuró la famosa frase: «Eppur si muove» (en español: «y sin embargo, se mueve«) refiriéndose al movimiento de la Tierra alrededor del sol.

En su retiro, donde el artritismo y la ceguera se sumaron a la aflicción moral, Galileo consiguió completar la última y más importante de sus obras: los “Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias”, publicado en Leiden en 1638. En ella, Galileo sentó las bases físicas y matemáticas para un análisis del movimiento, que le permitió demostrar las leyes de caída de los cuerpos en el vacío y elaborar una teoría completa del disparo de proyectiles. La obra estaba destinada a convertirse en la piedra angular de la ciencia de la mecánica construida por los científicos de la siguiente generación, con Newton a la cabeza.

En los últimos años de su vida, Galileo fue autorizado para instalarse cerca del mar, en su casa de San Giorgio. Allí permaneció rodeado de sus discípulos (Viviani, Torricelli, Peri) y trabajando en astronomía y física. Galileo Galilei falleció el 8 de enero de 1642 a los 77 añosy fue enterrado en la iglesia Santa Cruz, de Florencia. No deja de ser curioso que 300 años más tarde, el 8 de enero de 1942, nació en Oxford otro gigante de la ciencia, el insigne Stephen Hawking. Fue conocido principalmente por:
Defender, a través del método científico y a riesgo de su propia vida, la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico.

Contribuir al desarrollo del telescopio.

Descubrir los cuatro principales satélites de Júpiter (denominados actualmente «satélites galileanos» en su honor).

Saber es Práctico, Museo Virtual y Astrojem

Alejandra Delgadillo
Egresada de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UPAEP. Colaboradora en El Sol de Tlaxcala. Reportera de Noticias en Grupo Acir Puebla, donde tenía a mi cargo las fuentes de Salud, Instituciones Asistenciales, Iglesias, Agrarias, Ecología y Empresariales. Participé en el área de prensa de la Delegación del ISSSTE Puebla. Las secciones que escribo son: Vida Sana, Cábalas y Tradiciones, Mamás y Algo Más, Feminismo Hoy, Salud, Economía, Ciudad y Seguridad, en Revista Única. Además, soy colaboradora del programa de radio Cinco Mujeres en Cinco Radio. Coautora del libro “Crónicas de Puebla, 50 años”.

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