Entonces escribí sin destino
buscándote entre flores
impregnadas de alternancias y estilos
entre residuos y estrellas
espantados de la temeridad de afirmaciones
entre tumbas y estiércol
humedecidos por contenidas lágrimas
y entre dientes y músculos
derretidos por la sangre colérica del habla.
Entonces resumí la vida
deseándote que quizás leas
desnuda al apagar el cielo de la alcoba
husmeándote senos y axilas
frente al mar que rasga el incienso del día
lamentándote ya no ir y venir
como cuando mojabas campos y algodones
lamiéndote de nuevo el sueño
como era nuestro lamernos almas y dones.
Entonces inventé del sueño
el mejor segundo lenguaje
y narrar la esbeltez de la tenue holgura
los catorce pasos inmaculados
y describir escombros bajo tu vientre
las prendas colgadas al amanecer
y descifrarle el camino al sino peregrino
los fotones pedregosos
y del paraíso descolgar humedades ya resecas.
Entonces vine aquí de nuevo
y escribo sin que leas
porque no requieres saber lejanías abyectas
digo sin que escuches
pues nada temes en tu arrebato abstracto
decir sin lograr que mires
para que tengas respuestas sin preguntas
doler para que suspires
sin que nada detenga tu felicidad sola.
Entonces ahí sigues
en la inmensa soledad feliz
con el entonces detenido mío
con el jamás ausente tuyo
con la jerarquía entre tus alas
y el puente que dejamos intacto
sin cruzarlo ni podarlo
porque ya es solo entonces
un entonces que ya es soledad.
Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com
