La espera ha terminado, y el momento que muchos y muchas anticipábamos con chispa en los ojos y palomitas en mano ha llegado: Xóchitl Gálvez será la elegida por el Frente Amplio por México para las presidenciales del 2024.
Y, ¿qué fue de Beatriz Paredes? Bueno, pesar de que las elecciones del FAM programadas para el domingo aún no le deban el gane absoluto Gálvez, Beatriz desistió tras conocer que las encuestas internas mostraban una clara preferencia hacia Xóchitl con un 57.6% frente a su muy respetable 42.4%.
La realidad que se despliega de esto es un hito histórico en sí: las próximas elecciones llevarán por primera vez en la historia de México, a una mujer a los a palacio… o a los pinos… a donde quieran gobernar. De un lado del ring, seguramente estará la corcholata favorita de AMLO, Claudia Sheinbaum, representando cuarta de MORENA; y del otro, la famosísima Señora X, con el respaldo de toda la maquinaria electoral del PRI, PAN, y PRD.
En el aguerrido cuadrilátero político del Frente, antes de que la Senadora con licencia Beatriz Paredes lanzara la toalla, Xóchitl Gálvez hizo un llamado contundente a los dirigentes de los partidos. Instó a que no se pusiera contra las cuerdas a Beatriz, que no se la orillara a abandonar el combate antes del gong final, sino que se permitiera concluir el proceso interno que definiría quién representaría a Va por México en las boletas. Pero de todas formas, con dignidad y reconocimiento del tablero, Beatriz asumió su posición.
En el 24, estas mujeres seguro tendrán otros oponentes; tal vez Marcelo Ebrad que anda buscando patrocinador… tal vez Mariana Rodríguez, digo, su esposo Samuel; y tal vez también algún otro ridículo que cree que le alcanza para competir y se vaya por la “candidatura ciudadana” coff coff Fernández Noroña. Pero seamos serios, México está listo y por fin tendrá a su primera presidenta.
Xóchitl, inició con una campaña que se hizo viral de manera arrolladora. A pesar de no tener un nombre tan sonado como el de algunos oponentes de peso (¡Hola, Beatriz, hola Santiago), el nombre de «Xóchitl» se convirtió en una, un estandarte de la oposición que, de alguna manera, le plantó cara al mismísimo Andrés Manuel. Y hablando de él, ¡vaya que le dio un empujoncito! Cada vez que AMLO mencionó a Xóchitl desde su mañanera, le otorgó un halo de relevancia, la situó en el cuadrilátero de la contienda y le dio una patente para estar en la misma lista que sus «corcholatas”.
Y así, damas y caballeros, en este combate electoral que promete ser inolvidable, la campana se ha hecho sonar y el cuadrilátero está listo para recibir a estas valientes mujeres. Cada golpe, cada estrategia y cada movimiento serán determinantes en este enfrentamiento por la silla presidencial. Mientras el país espera con ansias la decisión final, una cosa es segura: la historia está siendo escrita y la política mexicana nunca volverá a ser la misma.
La Chica Única
