viernes, marzo 29, 2024
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Vivido el canto

Encarna un canto la persona
su madre y viril eterno cántico
que en lo inconsciente perpetuo
y la arrogancia consciente extraviada
entona para dar melodía de vida
airear cosas y superficies
y deambular constelaciones.

Dejar de dar instrucciones al vivir
acrecentó el talante de la letra
en su inexpugnable significado.
Inscribir en la muerte sabiduría
cobijó el corazón empleador
para dotarlo de anónimo séquito.
Hube vivido el canto de la muerte.

Inundar del natural desplante
las fibras aladas del caminar
dio con el ritmo y el tono.
Dejar que el misterio callado
cantara en oído discreto nocturno
borró del miedo su insensato silencio.
Hube dejado morir del canto la vida.

Hube amoldado al vivir el canto
y la muerte rondó sus leyes.
Hube en otro instante al morir
cantar la extenuada carne
pero báculo alguno no sonó
ni las vibraciones lo permitieron.
Hube recreado el canto del amor.

Hoy me anidarán las tibiezas
dejadas de morir en esta vida.
Ayer me pesan las certezas
renacidas en la muerte vista
que del calostro vive su pasado
y del cese su efímero porvenir
en el interludio vida y muerte.

Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com

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