Rusia y Ucrania son los principales productores de trigo en el mundo y con la caída del Donbás el mundo se acerca a una catástrofe alimentaria sin precedentes.
El gobierno de Ucrania informó que los invasores rusos lograron el control de una gran parte de la ciudad de Severodontsk. La ciudad se ubica al este del país y desde el comienzo de las hostilidades su captura es una de las prioridades del Kremlin.
Severodontsk pertenece a la región de Lugansk y es una importante zona industrial de alimentos en el este del país invadido. Después de varias semanas de feroces combates entre las fuerzas rusas y ucranianas “gran parte de la ciudad” está bajo control ruso.
Aunque el gobierno de Ucrania informó que “la zona industrial aún está en nuestras manos”, es incierto el futuro de la región. De igual manera el gobierno ucraniano admitió “que las gloriosas tropas de Ucrania podrían retirarse se la ciudad”.
La región de Dobas es rica en minerales y recursos naturales. Un río separa a la ciudad de Lysychansk de Severodonetsk desde donde los rusos atacan de forma deliberada a la población civil. Ucrania ha acusado a las tropas rusas de atacar hospitales y centros de distribución de apoyo a los civiles.
“Cada día hay bombardeos y cada día arde algo” acusó el gobierno de Ucrania antes instancias internacionales. Cabe señalar que las dos ciudades representan el último obstáculo de la zona de Lugansk. Su caída abre el camino a Rusia para controlar la zona minera de la región del Donbás.
La ONU ha informado que la presencia de tropas rusas en la zona pone al mundo al borde de una crisis alimentaria inimaginable. No solo afecta las fuentes de energía de la región y finanzas de Europa, sino que el impacto será global.
Ucrania y Rusia representan el 30% de exportaciones mundiales de trigo y la guerra ha destrozado las reservas de cereales sobre todo de los ucranianos. Esta situación coloca al mundo en la antesala de una crisis alimentaria y que además ha aumentado los precios.
Por su parte el gobierno de Rusia se “comprometió a garantizar la seguridad de los navíos que partan de puertos de Ucrania”. Al mismo tiempo el Kremlin ha exigido a la comunidad internacional se le levantes las sanciones económicas en beneficio del cereal de Ucrania.
Lo cierto es que el conflicto no parece tener un pronto final y mientras el impacto alimentario en el mundo ya es una realidad.
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