Era imposible dejar de mirarla
y pasar de uniones a transgresiones
imposible no desearla si evitar ropa
era traducir deseo en precariedad
imposible una mirada de animalidad
sin cortar del aire desdenes y desórdenes
imposible trasponer el infinito de olor
al margen estrecho de los límites
imposible buscar cada fin en detalles
que revelaban una honestidad prostituida
imposible no bifurcar y enarbolar erecciones
incluso de árboles y estíos extintos
imposible dejar las proyecciones violentas
como rezos y oraciones disímbolas rosadas
imposible no reír del placer que cubre la frente
y desplaza la mar a mis poros secos y lascivos
imposible no terminar el escenario y caer
bajo el telón que ya cubre las faldas del cerro
donde lo imposible extiende su belleza
y la inconsciencia invierte en su virginidad
la posibilidad de soñarla con el ultraje
ciñéndole el amuleto que aún cuelga de vida.
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