La idea de emprender es magnífica cuando tienes muchos deseos de hacer cosas nuevas, aventurarte a vivir experiencias fuera de tu zona de confort. La satisfacción que brinda el sentirse útiles y que con nuestras acciones construyamos a un proyecto mayor es muy satisfactorio y la persona emprendedora se siente ponderosa y con ánimo de no rendirse. Ese es el espíritu que hay que impulsar en las mujeres, ese deseo de hacer lo que ellas quieren y que permita transformar sus vidas.
Con los cambios en los roles y la dinámica familiar, la mujer ha tomado un papel protagónico en muchas actividades y este caminar no ha sido fácil por ello te presentamos los posibles riesgos que debes enfrentar para no rendirte.
Una mujer emprendedora debe estar lista para asumir los riesgos que las decisiones que tome conlleven. Hay que reconocer que se han de tomar decisiones buenas, malas y difíciles.
El fracaso es parte inherente al triunfo final, más aún cuando decides emprender tu propio negocio. Por eso, una buena emprendedora tiene claro que los fracasos no la van a detener en el logro de su propósito, pero tampoco el éxito que obtenga la va a cegar.
Una emprendedora sabe que para triunfar necesita del apoyo de su equipo y aliados. Por eso se preocupa por el bienestar de su gente y le asigna tareas específicas a cada uno.
El ejemplo de emprendimiento y éxito inspira y empodera a los demás. Al reconocer las virtudes de los miembros de su equipo los ayuda a detonarlas, para que ellos también puedan triunfar y crecer, en lo personal y como parte del emprendimiento.
Una empresaria inteligente sabe que todo está en constante cambio; desde lo que suceda en su vida personal, hasta lo que acontezca en el ámbito laboral. Por ello se adapta al cambio y aprovecha las ventajas que trae consigo.
El camino al éxito no es fácil, pero con constancia, ganas de crecer y tolerancia al fracaso será posible. Las emprendedoras más exitosas lo han logrado ¿Por qué tú no habrías de conseguirlo también?