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Sploshing: te contamos sobre esta práctica sexual de moda

¿Por qué elegir cuando lo puedes tener todo? No, no es un anuncio de una operadora de telefonía, sino una práctica sexual llamada “Sploshing “ que está de moda y promete combinar dos de los grandes placeres que se permite el ser humano: la comida y el sexo.

Así, tal vez no suene muy bien, pero si te lo decimos con su término en inglés es posible que empieces a desfruncir el ceño: sploshing. 

Te lo contamos todo sobre esta práctica erótica que suma defensores y detractores.

‘Sploshing’, el fetichismo de lo sucio y húmedo

Seguro que has visto muchas veces imágenes de hordas de personas embadurnadas de barro hasta las orejas disfrutando del baile y la buena compañía en algunos festivales de música. Vale que buena parte de ellos están estimulados por algo más que su entusiasmo musical, pero algo tiene el pringue y la humedad que alienta el espíritu en según qué situaciones.

Y es que los caminos del erotismo son misteriosos, pero todos conducen al mismo punto: no al G, sino al placer en el más amplio sentido del término. Y siempre que sea pactado por los amantes, cualquier opción es buena, incluyendo esta singular combinación de humedad, caos y comida que se mezcla con el erotismo y el sexo y que han denominado sploshing.

Según parece, el término proviene de una revista erótica que se comenzó a publicar a finales de los años 80 con el nombre de ¡Splosh! auspiciada por un tal Clive Harris. La idea era publicar contenido erótico protagonizado por hombres y mujeres en situaciones “húmedas”: “barro, aceite, huevos”. La revista no fue flor de un día ni mucho menos y se publicó hasta 2001.

Dos décadas más tarde, el sploshing sigue de actualidad, gracias especialmente a las redes sociales, mostrando diferentes videos más o menos eróticos en los que vemos a personas recibir tartazos, embadurnarse de natillas, nadar entre espaguetis y, por supuesto, recibir un baño de leche. 

¿Y por qué tanto entusiasmo por el sploshing? Porque combina la estimulación de nuestros sentidos del tacto, gusto y olfato: esos tres sentidos que se ponen a salivar con el sexo. 

La mezcla de ambas prácticas, la culinaria y la sexual, puede ser una suerte de sinfonía de placer en la que diferentes olores, sabores y texturas de alimentos y de cuerpos se mezclen en un sensual y pringoso placer.

¿Cómo iniciarse en el ‘sploshing’?

Sea una reacción al erotismo más rancio, una experimentación sexual o, simplemente, ganas de combinar dos placeres tan diferentes pero que segregan hormonas muy similares, el sploshing es una práctica abierta a la creatividad y al ingenio, siempre que se respeten unos mínimos de seguridad.

Lo primero, háblalo con tu pareja o con la persona o personas que vayan a participar. No se trata tampoco de tener un programa perfectamente desgranado como si se tratase de una guía turística, pero al menos que todo el mundo sepa que aquello va de sexo y comida. 

En segundo lugar, evita acciones que puedan ser perjudiciales para la salud de los participantes, especialmente alimentos picantes como salsas y el contacto con zonas íntimas porque pueden generar una candidiasis.

Así mismo es práctico elegir muy bien el lugar que va a servir de escenario al sploshing. Que cualquier lugar puede ser de lo más excitante, pero luego hay que limpiar. Son esa clase de cosas que no vemos en las películas, pero que suceden en la realidad. Puedes usar una lona o algo similar, aunque prepárate para resbalar y chapotear si el sploshing es muy húmedo. 

Así mismo, es mejor evitar los recipientes de cristal para contener los alimentos que vas a usar porque, ya sabes, entre lo resbaladizo del ambiente y la pasión desatada, no es difícil que el bol con las fresas acabe rodando por el suelo.

Tampoco ha de tratarse obligatoriamente de una práctica vinculada al al poder y la sumisión, en el que una persona lleva la iniciativa y la otra espera: puede ser de un acto en el que ambos alternen la iniciativa, siempre que todo sea consentido.

Menú para un buen ‘sploshing’

Teniendo en cuenta las precauciones de seguridad citadas anteriormente, especialmente en relación a poner comida que no debes donde no debes, cualquier opción es posible, pero si es tu primer sploshing puedes arrancar con algo sencillo. Unos simples cubitos de hielo marcaron un hito en aquel mito erótico de los 80 que no ha envejecido muy bien llamado Nueve semanas y media.

Los expertos recomiendan a los sploshers novatos que empiecen con el agua, mojándoos la ropa. La sensación de mojarse con ropa puede ser muy incómoda, pero también liberadora.

Otros condimentos habituales del sploshing más básico es el helado, el chocolate líquido, la leche, el champán, etc.

Pero si la pasión está desbordada, puedes seguir dando pasos adelante hasta donde te lleve tu creatividad y lo que tengas por la nevera. La pasta, los cocidos y las ensaladas son ya palabras mayores. Solo ten cuidado al limpiar tu set ya que no querrás explicas al fontanero los pormenores del bloqueo. 

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También te dejamos: Algunas precauciones para probar el ‘sploshing’

Aline Paz
Me considero una mujer librepensadora, sin ganas de convencer a nadie, pero con ánimo de cuestionar. Licenciada en Filosofía por BUAP y Maestra en Alta Dirección e Inteligencia Estratégica. En el ámbito educativo participé en diversos congresos académicos como revisora y ponente; además, colaboré con edición y artículos en revistas universitarias y empresariales. Así como en revistas independientes, culturales y de cine. En el ámbito laboral me he desempeñado en el sector público, en un área que me gusta, dependencias de asistencia social, en los tres órganos de gobierno, en temas de planeación y evaluación. En Revista Única soy miembro fundador y colaboro en las secciones de Sexualidad, Travel, Cultura, Tecnología y, con especial convicción, en temas de Feminismo.

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