La mayoría de los templos y edificios de la zona metropolitana de Puebla se mantuvieron sin registrar efectos inmediatos en sus estructuras porque el sismo de las 10:29 horas de este martes 23 de junio, presentó una baja aceleración.
Hugo Ferrer Toledo, decano de Ingenierías de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upeep), explicó que, a pesar de que el sismo fue de un grado de intensidad mayor y fue percibido por la mayoría de los poblanos, la aceleración fue menor en comparación con los sismos del mes de septiembre de los años 1985 y 2017.
“El comportamiento general del sismo de este martes fue diferente al de los sismos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017 por el tipo de periodo. Las aceleraciones del sismo de este martes están en el orden de 15 a 20 centímetros por segundo al cuadrado. En el caso de los edificios modernos, se calculan en el orden de 300 a 320 centímetros por segundo al cuadrado con otros factores. Entonces, esto nos da un parámetro de tranquilidad”, explicó.
Por su parte, la arquidiócesis de Puebla informó que, tras el sismo de magnitud 7.5 grados, que se sintió durante la mañana del martes 23, los templos de la zona metropolitana no reportaron daños mayores.
“Se reporta que, en un primer recorrido realizado por los sacerdotes responsables de cada parroquia a simple vista, no hay mayores daños, los templos reportados sin daños aparentes en 39 templos”, apuntó.
La Catedral Basílica de Puebla no presentó daños visibles tras el sismo con epicentro en las cosas de Oaxaca que se sintió la mañana de este martes; sin embargo, personal de Protección Civil realizará diferentes evaluaciones de las estructuras, informó la arquidiócesis poblana.
El rector de la catedral, Francisco Vázquez Ramírez, realizó un primer recorrido en el que se constató que no se presentaron daños en las cúpulas y paredes del edificio religioso ubicado en el corazón del Centro Histórico.
Tras el fenómeno ocurrido la mañana del martes, Hugo Ferrer Toledo, decano de Ingenierías de la Upaep resaltó que para que se generen daños en los templos y edificios, se combinan diferentes factores, entre ellos, la aceleración de los sismos y las características de suelos considerados como blandos.
“En las zonas en las que se pueden presentar daños se combinan varios factores, entre ellos, los suelos blandos y edificios antiguos. Afortunadamente, no se han presentado daños en ese tipo de construcciones, pese a que en algunas zonas hay suelos blandos y muy blandos en la zona de San Alejandro”, resaltó Ferrer Toledo.
El investigador de la universidad privada destacó que el sismo de este 23 de junio se puede considerar como fuerte porque fue percibido por la mayoría de la población; sin embargo, en Puebla no se generaron daños mayores porque estuvo, hasta cierto punto, lejos del epicentro.
“Fue un sismo fuerte; sin embargo, el factor más importante para generar daño son las condiciones de sismo. Sismos similares llegan a amplificarse hasta 500 veces, no es una regla general. Los sismos tienen todos los movimientos y no existe una clasificación de oscilatorios o trepidatorios como antes se mencionada. Cuando son lejanos, tendemos a apreciar los sismos con este movimiento oscilatorio. Entre más largos, se busca que no haya un fenómeno conocido como resonancia. Las condiciones de suelo es lo que va a definir el grado de daño”, finalizó el investigador.