Paseamos delicadamente
con tan codiciosa imaginación
alrededor del proyecto de renacer
cual totalidad única en el ser uno
cuando somos simple fragmento
filamento que sutura cuerpo y alma
la partición hecha momento
de ese instante en intuición presente
cuando hacemos tregua de desigualdades
y puentes entre continentes y espejos
para atisbar apenas el paso que damos
y motivamos con la instantánea idea
cuando llevamos conciencia de página
sin dar unicidad interpretativa
al ser del libro que escribimos
o a la página que la vida escribe en la frente
cuando un parpadeo define rostros
la sonrisa encarcela al amor
la pasión mastica el orgullo del cuerpo
y no nos define nombre alguno
que vivimos rodeados de conjeturas
supuestos que fraguan superficies
sin rondar siquiera interiores
y dejan intacto el místico origen pleno.
¿Pudo hombre o mujer o humanidad
dejar la fragmentación inaugural
cuando proyectaron un todo en un ser
sin nombres ni proyectos ni formas?
Al salir me encontraba de pie y mareado.
Miles de espejos habían jugado al salón.
La cabeza daba vueltas y se me saltó un hilo
del que hala la eternidad de noche al bogar.
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