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7 datos curiosos sobre el sexo en la Edad Media

Con el tiempo todo ha evolucionado y las prácticas sexuales no han sido la excepción, así que han cambiando poco a poco. En Revista Única te mostramos algunas de las costumbres sexuales más extrañas durante esta época histórica.

El sexo no era «delicado»

Existen registros en libros y manuales de Ménage à trios y orgías. Nada igual a la concepción renacentista del ‘amor cortés’. Siglos después, el Marqués de Sade ilustró con imaginación fotográfica estas prácticas que nacieron en el medievo.

La prostitución era un mal necesario

Los religiosos trataron de impedir la prostitución, pero descubrieron que al tener sexo, los hombres se mantenían centrados en el camino de Dios: no se corrompían, respetaban a las mujeres y no demostraban prácticas homosexuales. Además la iglesia consideraba esta práctica como un oficio de salubridad pública, además de una importante actividad económica.

Los religiosos conocían todas las posturas sexuales

Más que por placer, era una obligación, ya que debían saber de qué estaban hablando los pecadores cuando se confesaban ante ellos, por lo que debían saber qué penitencia imponer y toda posición que no fuera la de misionero tenía su particular penitencia. Loco, ¿no?

Las mujeres utilizaban métodos para incrementar el deseo sexual

Las mujeres tomaban un pez vivo de tamaño variable y lo introducían en su vagina hasta que muriera, después lo cocinaban y se lo daban de comer a su marido. Hoy en día, comer mariscos, se sabe, incrementa el deseo, especialmente si se comen camarones. Afrodisíacos por excelencia.

Anticonceptivos igual a brujería

A pesar de que la norma era el embarazo, algunas mujeres usaban métodos anticonceptivos, mismos que llegaron a ser tachados de brujería. El Coitus Interrumpus era la práctica principal.

La impotencia terminaba los matrimonios

Socialmente la finalidad de la práctica sexual era la concepción y la finalidad del matrimonio, también; una pareja que no tenía sexo era una pareja sin propósito alguno.

La única posición permitida era el misionero

El Misionero era la única posición permitida, primero por ser la la más «natural», además de la más efectiva para que la mujer quedara embarazada, solo se aceptaba que el esposo penetrara a su mujer extendiéndose sobre ella.

Con información de Culturizando.

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