En 2017 fueron 4 las organizaciones terroristas más letales de acuerdo a
Statista
El 21 de agosto se conmemora y se realiza un homenaje a las Víctimas del Terrorismo, pero ¿porqué?, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 19 de diciembre de 2017 en su resolución 72/165, decidió proclamar el 21 de agosto como Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, a fin de honrar y apoyar a las víctimas y supervivientes del terrorismo y promover y proteger el pleno disfrute de sus derechos humanos y libertades fundamentales. Esto para reconoce que la promoción y protección de los derechos humanos y el estado de derecho son esenciales para prevenir y combatir el terrorismo.
Mensaje del Secretario General
“El terrorismo en todas sus formas y manifestaciones sigue siendo un desafío mundial que causa daños permanentes a las personas, las familias y las comunidades. Estas cicatrices son profundas y, aunque pueden desaparecer con el tiempo, nunca desaparecen”, escribe el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres en el Mensaje para esta Jornada 2019. “Este Día Internacional nos recuerda que, durante mucho tiempo después de un atentado, las víctimas siguen luchando contra sus consecuencias. Las víctimas y supervivientes de todo el mundo – agrega Guterres – deben tener la oportunidad de recuperarse a través de la justicia y las medidas de apoyo”. “Apoyar a las víctimas del terrorismo – escribe el Secretario General – es una de las maneras de honrar nuestra responsabilidad de defender sus derechos y nuestra humanidad común. Escuchándolos también podemos aprender mucho sobre la mejor manera de unir a nuestras comunidades contra el terrorismo”.
La Estrategia Mundial de las Naciones Unidas
La Estrategia global de las Naciones Unidas contra el terrorismo, adoptada por la Asamblea General el 8 de septiembre de 2006, afirma que la deshumanización de las víctimas del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones crea un entorno propicio para la propagación del terrorismo. Seguir fortaleciendo y maximizando la capacidad de las Naciones Unidas en ámbitos como la prevención de conflictos, la negociación, la mediación, el mantenimiento de la paz y la consolidación es, por tanto, la forma más eficaz de respetar la dignidad y, al mismo tiempo, combatir el terrorismo.
La resiliencia de las víctimas
El tema principal de esta segunda edición es la resiliencia de las víctimas y sus familias. Una reflexión sobre cómo lograron transformar sus dolorosas experiencias, mirando no sólo hacia un camino de curación y recuperación, sino también hacia un esfuerzo común para fortalecer las estrategias de lucha contra todas las formas de terrorismo. Antonio Guterres inaugurará hoy en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, una exposición fotográfica presentada por la Oficina de las Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo (ONUCT) y el Grupo de Amigos de las Víctimas. Compuesto por testimonios e historias que muestran el camino personal que estas personas enfrentan, quiere mostrar de manera plástica el renacimiento de quienes han sufrido una experiencia dolorosa.
Lo que se busca con esta conmemoración es brindar apoyo e información tanto a las víctimas, como a los familiares de aquellos que murieron, para mitigar su dolor y que vean que el mundo pone todo el esfuerzo para capturar a los responsables e impedir que este tipo de eventos vuelva a ocurrir.
El terrorismo busca sembrar el terror, inseguridad y caos en la población en general. Como se trata de un acto de intimidación, mientras mayor sea su alcance mediático, mayor será el éxito percibido por el grupo o partido que lo llevó a cabo.
A continuación presentamos una serie de cifras sobre víctimas del terrorismo.
“El terrorismo tiene como objetivo crear miedo. Debemos reaccionar defendiendo los valores del estado de derecho y solidaridad”.
Los grupos terroristas más letales de acuerdo con estadísticas correspondientes a 2017 y recopiladas por la organización Statista, cuatro fueron las organizaciones terroristas más letales ese año: el Estado Islámico (Daesh por su acrónimo en árabe), el movimiento Talibán, Al Qaeda y Boko Haram.
En 2017, el grupo terrorista más letal fue el Daesh, pues sus atentados ocasionaron la muerte de 9.132 personas; el movimiento Talibán, que opera sobre todo en Afganistán, mató a 3.583 personas; Al Qaeda asesinó a 1.349 y Boko Haram a 1.079.
Cinco países concentran la mayor cantidad de víctimas del terrorismo, esto de acuerdo con El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) dio a conocer que durante el primer semestre de 2019 se cometieron 757 atentados terroristas con 5.199 personas fallecidas.
Según el estudio, Afganistán, Siria, Nigeria, Irak y Sri Lanka son los cinco países con mayor número de víctimas, pues solamente ellos reúnen el 67.3 por ciento del total de muertos.
Las formas de apoyar a las víctimas de terrorismo, el 8 de septiembre de 2006, Naciones Unidas aprobó la Estrategia Global contra el Terrorismo, que incluyó un Plan de Acción para reforzar las iniciativas nacionales, regionales e internacionales de lucha contra el terrorismo.
En esa estrategia, los Estados Miembros de la ONU indicaron claramente que el terrorismo es inaceptable en todas sus formas y manifestaciones, para lo cual adoptarán medidas prácticas, individuales y colectivas, para prevenirlo y combatirlo.
Con base en esto, los Estados Miembros se esforzarán por “promover la solidaridad internacional en apoyo de las víctimas”, destacar “la necesidad de promover y proteger los derechos de las víctimas del terrorismo”, y procurar hacer frente a “la deshumanización de las víctimas del terrorismo” mediante el fomento de la “solidaridad con las víctimas del terrorismo y la prestación de asistencia a las víctimas y a sus familiares, y facilitar la normalización de sus vidas”.
En Europa bajan los atentados terroristas de acuerdo a lo que El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) observó en su anuario correspondiente a 2018 que el terrorismo dejó al menos 10 mil 598 víctimas mortales en todo el mundo.
Los grupos talibán fueron los terroristas más letales, provocando 2.493 muertes, y Europa fue escenario de seis atentados de inspiración yihadista, cuando en 2017 hubo 15.
El Daesh perdió poder territorial de acuerdo con estos datos, se ha reducido en más de un 83 por ciento las víctimas del terrorismo y en un 46 por ciento los atentados terroristas.
La reducción se debe a la baja actividad propagandística de Daesh debido a la descentralización de este grupo terrorista y a su pérdida de poder territorial.
El cine, tanto documental como de ficción, puede considerarse no sólo un testigo de los procesos históricos, sino también un agente que crea modelos de representación y a su vez influye en la sociedad, cambiando el modo en que esta se representa a sí misma y moldea su memoria colectiva.
Por tanto, el séptimo arte jamás podía estar al margen de la efeméride, y quiere mostrar al tiempo su inquietud y su sensibilidad con la lacra del terror a través de cinco dramas ejemplares basados en hechos reales. Esto son los siguientes:
OMAGH (PETE TRAVIS, 2004)
Debut del realizador inglés Pete Travis, se trata de una excelente película y una de las mejores sobre el drama del terrorismo en Irlanda del Norte. Aunque Travis aún tiene una corta filmografía que todavía no puede ser valorada, ya presenta algunas obras destacadas como En el punto de mira (2008) o Endgame (2009), dramas políticos o emparentados con el mundo de la política.
Mientras toda Irlanda se preparaba en junio de 1998 para votar en referéndum el Acuerdo de Paz de Viernes Santo, un pequeño grupo de disidentes del IRA Provisional opuesto al acuerdo, se propuso llevar a cabo un atentado de dimensiones suficientes -eran las 15:10 horas- como para obligar al distanciamiento entre Londres y Dublín, a que los unionistas abandonaran el proceso de paz y a que Irlanda del Norte se sumiera de nuevo en un violento conflicto. Este grupo, el IRA Auténtico, eligió para el atentado Omagh, una pequeña localidad en la que católicos y protestantes habían convivido sin mayores problemas a lo largo de los 30 años del conflicto norirlandés. Premio al mejor guión en el Festival de Cine de San Sebastián.
MUNICH (STEVEN SPIELBERG, 2005)
El oscarizado director de cine estadounidense, Steven Spielberg, ha tenido que luchar bastante más que otros directores célebres para ser respetado por los que consideran la aventura como algo menor, como un tipo de cine no apto para paladares exigentes.
Munich es una desoladora, eléctrica, descarnada pieza de suspenso, que se encuentra entre lo más completo que ha hecho nunca el popular cineasta, y que hace olvidar sus arritmias o sus partes débiles con una fiera visión del mundo y de la política internacional.
Cada 5 de septiembre se recuerda el secuestro y asesinato de 11 atletas de Israel en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, a manos de terroristas palestinos del grupo Septiembre Negro. Resulta difícil juzgar sobre la precisión en hechos tan oscuros, pero Spielberg sale airoso de su meta principal: hablar de la repercusión mediática instantánea del terrorismo actual y mostrar que la venganza justiciera, fría y fuera de la legalidad, no logra sus objetivos y además provoca un vacío interior en sus ejecutores que nada, tampoco la vida familiar, puede llenar. Recibió cinco candidaturas al Oscar, entre ellas, la de mejor película.
TRECE ENTRE MIL (IÑAKI ARTETA, 2005)
Cinta seca y dura que no deja indiferente al espectador, Trece entre mil pretende ser un necesario antídoto contra el olvido histórico que han padecido el grueso de las víctimas de ETA, sentimiento común entre todos los que han aportado sus vivencias a este impactante documental.
La pérdida de un ser querido constituye el motivo central de un largometraje en el que las voces de los padres, hijos, mujeres, maridos, hermanos o amigos entretejen un discurso de alto componente emocional que pretende estar por encima de cualquier lectura política (que no obstante permanece implícita).
El español Iñaki Arteta no quiere hacer malabarismos y centra su cámara en las 13 personas en cuestión. Así conocemos por medio de entrevistas, y de primera mano, las angustias de los afectados, gente dedicada a la política o simples ciudadanos que arbitrariamente fueron asesinados por la banda terrorista. Tres años después filmaría otra gran historia, El infierno vasco, sobre el exilio forzado de muchas personas obligadas a salir del País Vasco por la violencia de ETA. Trece entre mil fue finalista de los premios Goya 2006 al mejor documental.
UNITED 93 (PAUL GREENGRASS, 2006)
Se trata de la primera película de Hollywood sobre los terribles acontecimientos del 11-S, estrenada poco antes de World Trade Center, de Oliver Stone. El cineasta británico Paul Greengrass (Jason Bourne, 2016), también autor del guión, se ha basado en todos los testimonios que han salido a la luz. Desde los ofrecidos por los controladores aéreos, pasando por los de los familiares de las víctimas que hablaron con ellas hasta las grabaciones de la caja negra, que fueron hechas públicas por el Gobierno.
Ciento once minutos de cine que no pueden dejar indiferente a nadie. Nos hallamos ante un cine valiente y contenido con el que Greengrass se mete en un verdadero jardín (el secuestro del vuelo United Airlines 93, el único que no llegó a su destructivo destino aquella fatídica mañana del 11 de septiembre de 2001) y sale no ya con vida de la hazaña, sino como un gran cineasta, con la sensación de no perder el control de tan compleja historia en ningún momento, a pesar de no darse ninguna facilidad. Además Greengrass trabajó con actores completamente desconocidos, pero bastante eficaces, lo que acentúa la sensación de realidad, como el hecho de que el filme esté narrado en tiempo real. Recibió 2 candidaturas al Oscar, entre ellas, la de mejor director.
UTOYA. 22 DE JULIO (ERIK POPPE, 2017)
El director de cine natural de Oslo, Erik Poppe, firma una obra maestra gracias a un enorme plano-secuencia por el que circula el horror del atentado en Noruega en el 2011. Aquel funesto 22 de julio, a las 15:17, el ultraderechista noruego Anders Breivik hizo explotar un coche bomba en el barrio gubernamental de Oslo, poco antes de dirigirse hacia la mentada isla de Noruega disfrazado de policía para disparar, durante los 72 minutos que duró su asedio, contra todos los jóvenes del partido laborista que se encontraban allí celebrando su acampada veraniega anual, antes de que las autoridades noruegas llegasen hasta allí y lograsen reducirlo.
Sólo en Utoya se contabilizaron 77 víctimas mortales, la mayoría adolescentes, mientras que los heridos graves ascendieron hasta los 99, y se contabilizaron un total de 300 casos de traumatismo psicológico grave. Tras un prólogo que recoge a través de imágenes de archivo el primer atentado que tuvo lugar en Oslo, la película del director noruego Erik Pope arranca con un encuadre ya en la isla de Utoya cuya única función es esperar a que Kaja entre en el campo de la imagen, ya que esta estudiante de 18 años va a convertirse en el centro de gravedad sobre el que pivotará el drama.
Por su parte, estos hechos también han sido analizados por Paul Greengrass en su película 22 de Julio, emitida por Netflix. A Greengrass no le interesaba tanto la matanza como las consecuencias, y dedicaba una parte fundamental de la trama a analizar la figura del terrorista, convirtiéndose en una película más política, pero no por ello más reflexiva. En el Festival de Berlín Utoya participó en la Sección oficial de largometrajes.
Con información de Vatican News, Entorno Inteligente y Aleteia