viernes, julio 26, 2024
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Rosario Orozco, más que ‘la viuda de Barbosa’

Doña Rosario Orozco ha sido denominada “La Viuda”, y no precisamente en un tono conmemorativo o respetuoso.

La intención detrás de este título es relegarla a un papel pasivo, una figura ensombrecida por el legado de su difunto esposo, el exgobernador Miguel Barbosa Huerta. Este intento por encasillarla y limitar su influencia en la política refleja una desconsideración de sus méritos y habilidades propias.

Sin embargo, Doña Rosario fue mucho más que la esposa del gobernador Barbosa; fue su confidente en decisiones cruciales, su presencia constante en eventos oficiales y su apoyo firme en cada desafío político.

Las voces del círculo político hasta susurraban que, en muchos momentos, era Rosario quien realmente sostenía las riendas de Puebla. Cuando surgió la necesidad de un gobernador interino tras la pérdida de Barbosa, su nombre se escuchó en las deliberaciones, aunque claro, sin ninguna posibilidad real.

La reciente revelación de “Charito”, como cariñosamente se le conoce, sobre su interés en seguir el legado de su esposo y presentarse en las próximas elecciones ha sido recibida con un torrente de críticas, muchas de las cuales tienen un tinte claramente misógino.

Sin embargo, ella ha decidido enfrentar estas críticas de frente, incluso adoptando y redefiniendo el término «la viuda» como un emblema de su fortaleza y determinación. Lejos de ser una señal de debilidad, es un testimonio de su resiliencia y determinación.

Este escenario refleja tristemente el tratamiento que otras líderes políticas, como Augusta Díaz, Genoveva Huerta y Claudia Rivera, enfrentaron durante el mandato de Barbosa. El ambiente digital puede ser despiadado, más aún cuando mujeres intentan consolidarse en posiciones de autoridad.

Visualizando la política de Puebla como un tablero de ajedrez, los movimientos estratégicos de Rosario Orozco sugieren que no solo está en el juego, sino que tiene la intención de ser una pieza clave. Mientras que muchos pueden haberla descartado, su resiliencia y habilidad táctica indican que tiene movimientos preparados que podrían sorprender a muchos.

Si bien las probabilidades de que Rosario sea la candidata son escasas, su influencia en el panorama político es indudable. Aquellos críticos que la perciben únicamente como una extensión de su difunto esposo deberían recordar que, en el juego del ajedrez, subestimar a un oponente puede ser el error que conduzca a la derrota. Y Doña Rosario Orozco, con su determinación, está lista para jugar.

La Chica Única

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