La cocina poblana es famosa por su diversidad y exquisitez, pero pocos conocen la historia detrás de muchos de sus platos más emblemáticos.
En el marco del día del Chef que se celebra el 20 de octubre, queremos hablar de las cocineras con más tradición en la gastronomía mexicana. Ellas son las Monjas de Santa Mónica.
Detrás de esta riqueza culinaria se encuentran las monjas del Convento de Santa Mónica en Puebla, México, cuyo legado gastronómico ha perdurado a lo largo de los siglos y ha influido en la cocina mexicana en general.
Las monjas del Convento de Santa Mónica, fundado en el siglo XVII, eran conocidas por su compromiso con la elaboración de platillos exquisitos y únicos. Su cocina era una fusión de ingredientes autóctonos e influencias europeas, lo que dio lugar a una gastronomía que se caracteriza por su sabor sofisticado y una variedad de recetas que aún se disfrutan en Puebla y más allá.
Uno de los platos más emblemáticos de la cocina poblana que se le atribuye a las monjas de Santa Mónica es el «mole poblano», una compleja mezcla de chiles, especias, chocolate y otros ingredientes que se sirve comúnmente con pollo o pavo. Este platillo ha alcanzado fama internacional y es un símbolo de la riqueza culinaria de México.
Otro platillo famoso de origen monástico es el «chiles en nogada», que se sirve tradicionalmente en la celebración de la Independencia de México. Estos chiles poblanos capeados rellenos de picadillo de carne, frutas y nueces, cubiertos con una rica salsa de nuez, representan los colores de la bandera mexicana y son un verdadero festín para los sentidos.
Además de estos platillos icónicos, las monjas de Santa Mónica también crearon deliciosos postres como los «dulces de Santa Clara» y «dulces de Santa Rosa», que son confituras a base de frutas, almendras y azúcar, y que se han convertido en parte integral de la gastronomía poblana.
El legado de las monjas de Santa Mónica sigue vivo en Puebla, donde muchas recetas y técnicas culinarias han sido transmitidas de generación en generación. Su influencia en la cocina mexicana es innegable, y su habilidad para combinar ingredientes locales con técnicas europeas ha dejado una marca indeleble en la culinaria de la región.
Por lo tanto, cuando se disfruta de un platillo tradicional poblano, es importante recordar a las monjas de Santa Mónica, cuyo amor por la cocina y el arte culinario ha enriquecido la cultura gastronómica de México y ha proporcionado al mundo una deliciosa muestra de la herencia culinaria de esta región.
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