Se habla de la posibilidad de reducir los aranceles impuestos a México y Canadá, a tan solo un día de la posible medida.
En medio de una crisis financiera que ha sacudido a los mercados internacionales, surgen señales de un cambio en la postura de la administración estadounidense.
El Secretario de Comercio, Howard Lutnick, anunció en una entrevista con Fox News que Estados Unidos podría reducir los aranceles impuestos a México y Canadá, a tan solo un día de la posible medida.
Según Howard Lutnick, ha mantenido conversaciones telefónicas con los gobiernos de ambos países y confía en que el presidente Donald Trump trabajará en una solución en conjunto.
Este posible ajuste en las tarifas que se implementaron en el marco del T-MEC no supondría una pausa total en los aranceles, sino una modificación parcial en las medidas que han desencadenado una caída estrepitosa en los mercados globales.
«No estamos hablando de una pausa total, pero sí de un ajuste significativo que podría aliviar la presión económica», comentó Ross.
El posible cambio en la política de aranceles es una sorprendente contradicción con las declaraciones previas de Trump.
Apenas el lunes, el presidente había asegurado que no habría negociaciones de último minuto y que los aranceles serían definitivos. Sin embargo, la grave situación en los mercados parece haber influido en la reconsideración de la Casa Blanca.
Desde la implementación de estas tarifas, los mercados han sufrido pérdidas devastadoras, con más de 3.4 billones de dólares evaporados en valor de mercado.

Esta caída no solo ha afectado a los inversionistas, sino también a empresas clave en sectores cruciales como el automotriz, la tecnología y el comercio minorista, que han visto mermadas sus proyecciones de crecimiento.
Este giro en la postura de la administración de Trump también refleja el impacto que las medidas arancelarias han tenido en la economía real.
Grandes empresarios y líderes empresariales han expresado su preocupación por las repercusiones económicas de los aranceles, instando a la administración a revisar las políticas.
El sector automotriz, por ejemplo, ha sido uno de los más golpeados por la guerra comercial, con grandes fabricantes estadounidenses como General Motors y Ford advirtiendo que los costos elevados de importación podrían traducirse en precios más altos para los consumidores.
De acuerdo con analistas económicos, la decisión de ajustar los aranceles podría ser un intento por evitar una recesión económica más profunda, ya que la caída en los mercados ha afectado gravemente la confianza empresarial y el consumo.
Además, expertos destacan que una relación más fluida con México y Canadá podría revitalizar sectores clave de la economía estadounidense y mejorar las perspectivas a corto y largo plazo.
Aunque la Casa Blanca aún no ha confirmado oficialmente si se llevará a cabo la reducción de los aranceles, los mercados reaccionaron positivamente ante las declaraciones de Ross, con una leve recuperación en las bolsas de valores de EE. UU. y un aumento en el valor de las acciones de las empresas afectadas.
Este cambio en la estrategia de aranceles podría ser solo un primer paso en un proceso más amplio de reevaluación de la política comercial de Trump, ya que las tensiones en los mercados y la presión de los sectores industriales parecen haber obligado al presidente a reconsiderar algunas de las medidas más drásticas que había prometido.
Será crucial observar cómo evoluciona la situación en los próximos días y si se materializa esta posible flexibilización en las tarifas comerciales.
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