Nancy Granados Reyes
Cada 25 del mes se conmemora el Día Naranja, muchas instituciones educativas lo han implementado y el alumnado debe ir con ropa de ese color; sin embargo, realmente no queda claro el significado de este día, así que iniciemos por ahí.
El Dia Naranja es para conmemorar el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, a pesar de que la ONU lo instituyó desde 1999, esta fecha es en honor de las hermanas Mirabal quienes fueron asesinadas por el dictador Rafael Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960.
Esta fecha tiene la finalidad de concientizar e instaurar acciones para prevenir y erradicar la violencia contra las niñas y las mujeres.
Pero ¿por qué es importante centrarnos en esta violencia, si hay otras aparentemente más urgentes en nuestro país?
La respuesta es sencilla, la violencia de género se considera una pandemia y México no es la excepción.
ONU Mujeres define esta violencia como “los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas. El término se utiliza principalmente para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia”.
La sociedad tiende a normalizar los actos de violencia contra las mujeres y las niñas, esto engloba diferentes tipos, así como modalidades. Espacios como los medios de comunicación, los textos literarios y académicos, así como las canciones, las series y los programas televisivos tienden a alentar y aplaudir estas prácticas nocivas.
Incluso las emociones, que se supone son algo “natural”, de acuerdo con autoras como Sara Ahmed son constructos que se vinculan con los roles de género y las relaciones de poder.
Esto quiere decir que emociones como el amor y el dolor se configuran de diferente manera tanto para hombres como para mujeres; si observamos los videos musicales las mujeres tienden a vivir el dolor de forma desgarradora, es común verlas desoladas, sufriendo por el amor que se fue y sintiendo culpa; mientras que en el caso de los hombres tienden a salir con otras mujeres o manejando carros lujosos, o alcoholizándose culpando a su pareja de todas sus desgracias.
En cuanto al amor sucede algo similar, en la sociedad actual se vincula con la posesión, lo que implica que pensamos en la otra persona como un sujeto de nuestra propiedad, es común escuchar en las canciones y en los programas televisivos que si la otra persona no quiere estar con nosotros podemos obligarla o que se va a arrepentir de habernos dejado, o el clásico “mía o de nadie”. Todos estos elementos configuran relaciones que normalizan la violencia y el control. Estoy consciente de que esto es un efecto mutuo, los medios de comunicación reflejan a la sociedad, pero de la misma manera la sociedad asimila formas de comportamiento de los medios de comunicación.
Frases de grupos icónicos como Guns and roses con su canción “I uses to Love her” cuya letra dice lo siguiente “I used to love her, oh yeah, but I had to kill her, I had to put her six feet under” (Yo solía amarla, oh sí, pero tuve que matarla, tuve que ponerla seis pies abajo), por mencionar un ejemplo, o también la canción del grupo Amigos invisibles titulada “En cuatro” que dice: “Te aseguro, serás una rosa en mi vida/ Y no voy dejar/Que ni siquiera te puedan mirar/ Yo siempre seré el guardián de tu lecho/ Te amaré como nunca lo he hecho/ Pero, ojo ten mucho cuidado/ Y no quiero verte con otro al lado/ Si te descubro en alguna movida/ Yo no lo pienso, te quito la vida y te mato/ y no me arrepiento”.
El vínculo de lo que se expresa en medios de comunicación y de lo que sucede en la sociedad existe; la letra de una canción fácilmente puede ser el encabezado de la noticia de un feminicidio o de una violación. Las canciones, las series, los programas, los libros nos “enseñan” lo que es el amor, no es una sola canción la que expone estos temas, sino que son varias las que lo hacen, esta repetición constante de los discursos incurre en la normalización de la violencia, a través de estos textos nos dosifican una ideología machista y patriarcal que consideramos es normal y hasta natural.
Para concluir considero importante que pensemos el 25 de cada mes como un momento de reflexión. Dejemos de normalizar los celos excesivos, la desconfianza, los pellizcos, los reportes de ubicación en todo momento, así como el control excesivo por parte de nuestra pareja.
La posesión no implica una forma de amor, implica desconfianza y en muchas ocasiones maltrato.
Si tu pareja te deja de hablar cuando está enojado, te deja de buscar por días porque estás conectada a redes sociales y no le hablaste, y además te cela constantemente porque según él “te cuida” debes correr. La violencia empieza con acciones muy sencillas que van aumentando, normalmente cuando llegamos a la violencia física es porque otros tipos de violencia como la psicológica, la económica, la patrimonial y la sexual ya estuvieron presentes en nuestra relación.
Finalmente quiero exponer que la violencia de género no es un juego, si bien afecta a muchas personas tenemos focos rojos en mujeres y niñas, es por ello por lo que debemos pensar y reflexionar qué sucede con nuestra sociedad que se niega a tomar medidas para lograr ambientes equitativos y libres de violencia.
