Los padres de familia saben que los accidentes pueden pasar en cualquier momento y es fundamental estar bien preparados para cualquier circunstancia.
Revista Única hace una pequeña recapitulación de los accidentes más frecuentes con niños en casa y cuál es la respuesta más rápida que debemos hacer.
Mantener la calma
Al identificar el problema lo primero que debemos hacer es mantener la calma. No importa cuál sea el accidente o que tan serio sea el problema. El adulto debe mostrarse calmado para intentar calmar al niño y pensar claramente la mejor solución en el momento. Si el pequeño ve que su mamá o papá o cualquier adulto se ponen nervioso y entra en pánico, más van a alterar la situación y terminara en un caos total.
Asfixia o atragantamiento
Un problema más común del que quisiéramos, los niños quieren estar jugando y gritando todo el tiempo y esto incluye las horas de comida. Los movimientos bruscos o el no saber controlar la respiración pueden hacer que sucedan estos casos.
Si el niño llora, balbucea o intenta toser. Significa que aun pasa un poco el aire y es una buena señal. En estos casos debemos facilitar la tos para que su organismo regrese lo que está obstruyendo el paso. Es recomendable no dar palmadas en la espalda, pues esto no hace ningún efecto y solo consigue estresar más al pequeño.
Esta no debe tardar mucho tiempo, si con la tos aún no se liberan las vías. Se procede con rapidez pero tranquilidad con la maniobra de Heimlich, como máximo 5 veces. Si a la segunda vez no ha expulsado el objeto, llamar de inmediato a emergencias.
Para la maniobra de Heimlich:
- Se coloca detrás del niño y se rodea la cintura con los brazos.
- Cierre la mano y coloque el nudillo del pulgar por encima del ombligo del peque, ahí está la boca del estómago.
- Con la otra mano rodeamos nuestro puño y hacemos presión para adentro y para arriba.

Quemaduras
Otro de los accidentes más frecuentes con los niños son las quemaduras. Es entendible pues son curiosos y quieren explorar el mundo sin medir peligros o consecuencias.
Para estos casos debemos evaluar el tipo de quemadura. Si la ropa esta quemada se debe retirar de forma inmediata. A menos que se haya quedado pegada sobre la piel.
En caso de que no, procedemos a dejar correr agua natural sobre la herida para disminuir el dolor.
Cuando se forme la ampolla debemos evitar romperla, pues son procesos naturales de sanación.
Ante todo se debe consultar a su pediatra de cabecera para que indique la mejor forma de tratar la lesión e indicar que medicamento es recomendable. Jamás medique a su hijo sin supervisión o aprobación médica.

Fracturas o esguinces
Para estos casos se debe identificar el área donde le duele. En la zona adolorida se debe de inmovilizar con algún objeto firme y una chamarra o algo para amarrar y se quede en su lugar, hasta que lleguen los paramédicos. Evitar mover o tratar de enderezar la extremidad.
En caso de que se visualice el hueso o se haya desgarrado la piel, se debe de cubrir con alguna venda o solo sobre tapar la lesión para que no se infecte por el polvo, sin tocar ni presionar.

Con los niños es un constante miedo de que les pase algo pero debemos dejar que descubran el mundo a su modo. Para esto la mejor recomendación que hacemos es que los padres o figuras cercanas al niño, tomen cursos de primeros auxilios en centros médicos o paramédicos para que así sepan cómo reaccionar ante cualquier accidente. Sin olvidar estar en constante contacto con su pediatra.
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