¡Fuera Rocha! es el grito de descontento en Sinaloa que pide la renuncia del gobernador tras el asesinato de Gael y Alexander en Culiacán.
El ataque a tiros a la familia Sarmiento Ruiz enciende el hartazgo de los ciudadanos de la capital del Estado.
Sheinbaum ordenó a su gabinete contactar con la familia, pero no hubo comentarios sobre la masiva protesta del jueves pasado en la que se pidió la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya al grito de ¡Fuera Rocha!, y en la que niños y niñas marcharon vestidos de blanco entre llantos y gritos.
Las imágenes de la protesta de este jueves en Culiacán no tienen precedentes. Los niños y niñas, marchando al lado de sus padres, hasta el frente, liderando la manifestación, vestidos de blanco y cargados con carteles con las fotografías de Alexander y Gael Sarmiento Ruiz, de 9 y 12 años de edad, asesinados a tiros la madrugada del domingo junto con su padre, Antonio.
“El gobierno no hace nada al respecto”, dice un niño de 10 años ante los reporteros locales. “Ya no podemos salir, nos da miedo, no podemos hacer nada, nos puede pasar algo y el gobierno no hace nada”, responde el pequeño ya sin poder contener el llanto y le cuenta a las cámaras que Alexander jugaba fútbol con él.

La protesta, que fue convocada por el director de la escuela primaria Sócrates, en la que estudiaron Alexander y Gael, Víctor Manuel Aispuro —que se ha convertido también en principal portavoz de la solicitud de justicia en Culiacán— comenzó como un acto pacífico que añadió a familias enteras que también han sufrido la violencia que la narcoguerra deja todos los días, después de la detención de El Mayo Zambada por parte de las autoridades estadounidenses.
Sin embargo, al llegar al Palacio de Gobierno de la capital, algunos de los manifestantes irrumpieron con violencia en las instalaciones y quebraron cristales e intentaron ingresar al despacho del gobernador Rocha Moya.
En el altercado, un grupo de personas arrancó la estructura que contenía una copia de la Constitución de México, y rompió la pared contigua de la oficina del gobernador. Arrancaron muebles, rompieron puertas y muros. La rabia y el dolor contenidos tras tantos meses de violencia se vieron reflejados en esos momentos, sin que el gobernador recibiera a la madre de Alexander y Gael, o, siquiera, saliera a contener a la multitud.
Más tarde, el sectario de Gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro Meléndrez, aseguraba que Rocha Moya se negó a recibir a los manifestantes, después de que rechazaran conformar una comisión.

“En Sinaloa vivimos perfectamente bien”
El pasado 16 de enero, el gobernador Rocha le respondió a un reportero que le preguntó sobre la situación en su estado: “En Sinaloa vivimos perfectamente bien, estamos haciendo todas nuestras actividades. Los estadios llenos, las escuelas llenas, estamos trabajando perfectamente bien”. Sus declaraciones causaron enojo entre la población y una profunda indignación. Información de este mismo miércoles del Inegi, apunta a que el 90.6% de la población de Culiacán consideró inseguro vivir ahí.
El gobernador morenista ha sido públicamente arropado por su partido, por Andrés Manuel López Obrador y por la presidenta Claudia Sheinbaum. En agosto de 2024, López Obrador —aun en la presidencia— y Sheinabaum lo respaldaron durante una gira que ambos mandatarios hicieron al Estado: “Tiene todo nuestro apoyo”, dijo López Obrador; “Ya estuvo tres años con él (Obrador) y va a estar tres años conmigo”, continuó entonces la ahora presidenta. Había pasado solo un mes de la detención de El Mayo, y Sinaloa se mantenía en espera de lo que vendría en un futuro.
Aunque esto fue la gota que derramo el vaso. Pero ya había habido un espiral de declaraciones de Rocha, que generaron descontento, como en noviembre de 2024, ya con la violencia diaria agrandando las cifras de muertos, el gobernador minimizó la situación y dijo que la gente y la prensa exageraban, e indicó a los padres y madres que mandaran a sus hijos a clases: “No le hagamos el caldo gordo a quienes quieren que tengamos un estado de excepción, no estamos en un estado de excepción, estamos en condiciones de controlar la seguridad para los ciudadanos”.
Ese mismo día, el cártel de Sinaloa abandonó cinco cadáveres a las puertas de la universidad Autónoma del Estado (UAS). Frente a Facultad de Agronomía, en la carretera que une Culiacán y El dorado.