Ante la pandemia de la covid-19 y con el objetivo de poner en riesgo a los adultos mayores, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, suspendió, por tercer año de forma consecutiva, el tradicional gesto denominado “lavatorio de pies”.
Hasta el año 2019, como uno de los oficios de jueves santo, el líder de la grey católica en Puebla lavaba los pies a 12 ancianos del Asilo Particular de Caridad Santa Inés, instalaciones que son atendidas por las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres.
Ante los primeros casos de covid-19 en marzo de 2020, Sánchez Espinosa determinó la suspensión del oficio del lavatorio de pies; mientras que el año pasado, se tomó la misma medida ante el aumento de contagios; y en este 2022, aunque ya hay autorización por parte de las autoridades sanitarias para realizar ceremonias en templos, se decidió continuar con la medida para evitar poner en riesgo a los adultos mayores.
“No habrá lavatorio de pies. Este es el tercer año que se suspende. Debido a que es un grupo de la tercera edad del asilo de Santa Inés los que participaban, no se les quiere exponer a contagio”, informó la arquidiócesis de Puebla.
A pesar de que no se realizó el lavatorio de pies, Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, hizo un llamado para brindar apoyo a las personas más pobres y a las que resultaron afectadas por la pandemia de la covid-19.
Sánchez Espinosa resaltó que uno de los principales principios de la religión católica es el amor y una manera de cumplirlo es llevando ayuda a quienes más lo necesitan y quienes están sufriendo mayores complicaciones.
Durante el jueves santo, la iglesia católica recuerda el momento conocido como la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en donde se brindan tres regalos a los creyentes, la instauración de la eucaristía, el don del sacerdocio y el mandamiento del amor entre todas las personas.