En la silenciosa noche
acompañado del sonido del alma
los elementos del día atan la atmósfera
que trazo inconsciente en forma de estrella.
Me adentro en la inmensidad
y con ritmo de un tiempo sin retorno
recorro paredes de viejos cajones
que describen los órganos del chifonier
los elementos que me alzan y proyectan
en el agua extinguida que atiza los fuegos
levantados por el viento que recuesta
bajo su palma a la tierra serena
los conjuros de páginas sin pulir
en cuyas líneas que ya no se encuentran
quedan solo el resplandor de ideas idas
que viajan en la llanura de la nada
los sentimientos jamás escritos
pero sentidos atravesados por la otra agua
que vierte en la blancura sus sales
y corrompe desde dentro la piel lisa
esa que se transforma en leyendas
en cuyo derredor nada mi tez dormida
en astrales y fuentes nebulosas
traducidas en nombres y escenas.
Mi cabeza derrumba la conciencia
con el suave regocijo de saberse dormida
sin saber que duerme con el ritmo de ídolos
y símbolos que no pude trazar ese día.
¡Noche única eterna y maravillosa!
duérmete ya con mi luna y mi sol
y con los divinos nombres desconocidos
que relatan por mis noches los días por venir.
Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com