¡Ya es tiempo de alzar la voz!, dijo Alejandra Montalvo quien estudia la carrera de ingeniería Financiera y quien expresó su respeto a quienes se manifiestan, piden o exigen el alto a la violencia a la mujer.
“Los golpes, agresiones, independientemente de cualquier tipo en contra de nosotras, no deben normalizarse ni hay que ser indiferentes a lo que pasa con quienes están sufriendo esta situación”.
Como parte del ejercicio de conocer el pensamiento de las jóvenes de las nuevas generaciones, de quienes serán las futuras profesionistas y quienes pronto se desarrollarán en el ámbito laboral para alcanzar la satisfacción personal y familiar, sino también el reconocimiento social, conocimos algunos de sus pensamientos…
Porque como alumnas, se despiertan temprano para salir de casa, a veces caminan solas por una calle sin alumbrado público, con el temor de que les vayan a hacer algo, esperan su transporte público confiando en que llegarán con bien a su escuela, no ser objeto de asaltos, acoso o inclusive secuestro.
Al entrar a clases van con el ánimo de incrementar sus conocimientos en la carrera que eligieron y no encontrarse con proposiciones indecorosas o amenazas de parte de alguno de sus mentores para que aprueben alguna materia…
O bien, no esperan encontrar la violencia o discriminación de parte de sus compañeros o inclusive de alguna pareja con quien solo buscan estar bien, confiar en ella y pasarla agradable como parte de esa etapa de la juventud.
Tampoco quieren que al término de sus clases ser víctimas de alguien desquiciado les vaya a robar sus pertenencias obtenidas con esfuerzo y ahorros, les avienten ácido y les quemen parte de su cuerpo…
Y al llegar a casa, quieren estar en el lugar más seguro y sentirse libres, sin violencia de ningún tipo…
En voz de Alejandra, confió en que al salir de la carrera e integrarse a trabajar las mujeres tengan igualdad laboral tanto en oportunidades de ingreso como en sueldo. “Muchas veces se da preferencia a los hombres para el desempeño de las actividades profesionales, esto a pesar de ser nosotras muy capaces tanto a la par o inclusive en mayor proporción, en habilidades e inteligencia no nos quedamos atrás de los hombres”.
Todas y todos somos iguales y bajo esta percepción se deben tener las mismas oportunidades para desarrollarnos tanto en lo laboral como en lo personal y lo familiar, dijo.
Alejandra expuso estar dispuesta a alzar la voz y no quedarse callada ante las condiciones de violencia, si ella o alguien integrante de su familia padeciera de violencia fue firme en expresar “yo sí alzaría mi voz para denunciar”.
Mientras tanto, Dalia Chino, también estudiante de Financiera pidió que las vacantes de trabajo sean neutrales, “iguales tanto para las mujeres como para los hombres, sobre todo en la selección”.
Precisamente la igualdad laboral es una de las preocupaciones de las universitarias, quienes quieren acceder a mejores condiciones de desarrollo profesional y personal en un entorno libre de cualquier tipo de violencia ya sea psicológica, económica, sexual o física.
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