Por fin arrancó la Feria de Puebla 2025 y, entre luces, conciertos, puestos y juegos, Michelle Talavera, la titular del organismo de Parques y Convenciones brilló más que la rueda de la fortuna.
Sí, la misma joven que muchos quisieron cancelar antes de empezar, sólo porque les pareció “demasiado chava para un cargo tan grande”. Hay nombramientos que duelen. No porque estén mal hechos, sino porque rompen el molde.
Pero qué creen: les ardió la juventud, les picó la frescura y les dolió la capacidad.
Porque resulta que Michelle Talavera no sólo ha callado bocas, ha hecho que más de uno se trague su columna de opinión con papel y todo. ¿Que no tenía experiencia en la administración pública? No, no la tenía. Pero noticia de última hora: la experiencia en la administración pública no se compra en Amazon, se gana trabajando. Y eso es justo lo que está haciendo Michelle.
¿Que la Feria es un distractor? Ajá. Y Netflix también, y el cine, y el cafecito con amigas. A ver, seamos serias: el entretenimiento también es una necesidad humana. ¿O ahora resulta que estar felices es antidemocrático? La Feria de Puebla no es nueva, no la inventó Armenta, no la impuso Talavera. La hicieron todos: Salomón, Barbosa, Tony, Moreno Valle y muchos atrás… porque, más allá del show, sí deja lana, sí mueve la economía local y sí pone a Puebla en el mapa internacional, porque “Viva Puebla y el cinco de mayo”.
Lo que sí es nuevo —y muy refrescante, por cierto— es tener a una mujer joven al frente de todo este monstruo logístico. Porque sí, es un monstruo. Pero uno que ella está domando con la ayuda de un equipo técnico, profesional y con oficio. Porque ser titular no significa saberlo todo, significa tener la visión, la actitud y el coraje de dirigir, de abrir paso, de proponer. Y eso a Michelle le sobra.
El debate nunca fue si era capaz o no, fue si su edad y género eran dignos del puesto. Lo que molesta no es que lo haga mal (porque no lo está haciendo), lo que molesta es que lo esté haciendo bien. Porque en este país, una mujer joven, guapa y bien vestida que toma decisiones, incomoda más que un político corrupto con 40 años de “experiencia”.
En la inauguración de la Feria, se vio algo distinto. Se notó organización, se notó previsión (¡esas pantallas en el Teatro del Pueblo, gracias!), se notó que se está pensando en todas las personas, no sólo en los VIPs de siempre. Y se notó que Michelle está presente. Que escucha. Que trabaja.
Claro que hay cosas por mejorar (¡siempre las hay!), pero también hay que reconocer cuando las cosas salen bien. Porque si no, luego somos las mismas que nos quejamos de que nunca hay mujeres en cargos importantes. Y cuando las hay, les decimos que están ahí por “contactos”, “por bonitas” o por “acomodo político”. Pues qué creen: también estamos por listas, por capaces y por romperla desde adentro.
Así que si alguien más quiere repetir que la feria es “pan y circo”, adelante, pueden hacerlo 80 veces si quieren. Pero mientras tanto, la ciudad se activa, el comercio se mueve, el turismo llega, y Puebla se posiciona. Todo gracias al trabajo de muchas personas —entre ellas, una mujer joven que está demostrando que, cuando se nos da la oportunidad, no la soltamos.
Y ojo: Michelle Talavera no dirige el organismo con más presupuesto, ni es aún la figura política con más reflectores, pero si sigue así, lo será. Porque está haciendo política desde otro lugar: el de las nuevas generaciones que no traen arrastrando pactos, ni deudas políticas, ni vicios del pasado.
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