En medio del caos de las campañas políticas, hay un tema que retumba en todos lados, desde las calles hasta las redes sociales y las charlas entre amigas: el aborto. Pero ¿sabes qué? Muchos políticos están haciendo la vista gorda ante este asunto tan importante, optando por hablar en códigos o simplemente evitando el tema por completo. ¡Qué valientes, ¿no?!
¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué estos políticos se achican cuando se trata de hablar sobre nuestros derechos reproductivos y el acceso al aborto?
La respuesta es sencilla pero reveladora: les da miedo. Les da miedo la fuerza y la determinación de las mujeres que ya no se quedan calladas. Les aterra el poder del feminismo, que está más fuerte que nunca y no se va a callar ante la injusticia. Les da miedo el diálogo feminista porque saben que ya no pueden ignorarlo ni silenciarlo.
Para no comprometerse, muchos candidatos prefieren esquivar el tema o dar respuestas vagas que no dicen nada. Tienen miedo de perder votos, de alienar a ciertos grupos, de enfrentarse a una opinión pública cada vez más consciente y empoderada.
Pero aquí va la verdad incómoda: las mujeres ya no estamos dispuestas a aceptar promesas vacías. Tenemos convicciones, tenemos derechos y estamos dispuestas a luchar por ellos. Ya no nos conformamos con ser relegadas a un segundo plano en la agenda política.
Los políticos deben entender que ya no pueden seguir jugando al misterio. Es hora de que se pronuncien sobre el tema con el mismo temple con el que hablan de otros temas. Es hora de que dejen de temer al diálogo feminista y empiecen a abrazar la diversidad de opiniones y experiencias que enriquecen nuestra sociedad.
