Su pareja sentimental declaró que ella lo había contactado para comunicarle su intención antes del acto.
Una joven de 20 años de origen venezolano identificada como Yusvely Marianny decidió quitarse la vida tras arrojarse desde el puente de la vía Vía Atlixcáyotl, a la altura del Centro de Integración Social (CIS) en Puebla.
Los hechos ocurrieron el miércoles 22 de octubre de 2025, cuando la joven —quien previamente había publicado un mensaje de despedida en sus redes sociales— subió al puente, abandonó sus pertenencias junto al barandal y se lanzó al vacío.
En su cuenta de Instagram dejó un mensaje de despedida y de lo difícil que puede ser vivir con dolor emocional.
En su publicación, la joven señaló sentirse incomprendida por su familia, y reveló que había sido víctima de abuso sexual por parte de su hermano, acusación que —según explicó ella misma— no fue tomada en serio por su madre.
Tras el incidente, los servicios de emergencia acudieron al lugar al recibirse reportes de una persona que se habría lanzado desde el puente.
Este caso pone en evidencia la combinación de factores personales, familiares y emocionales que pueden llevar a una persona joven como Yusvely Marianny a tomar una decisión tan drástica.
En el contexto de Puebla, se abre nuevamente el debate sobre la atención a la salud mental, la prevención del suicidio y la necesidad de mecanismos para víctimas de violencia sexual que puedan expresar sus experiencias sin temor.
Las autoridades locales de Puebla están recabando testimonios y dieron inicio a la carpeta de investigación correspondiente para documentar plenamente este incidente.
La comunidad migrante venezolana en la región también se ha visto conmovida por la noticia, y organizaciones de apoyo señalan la urgencia de disponer de canales de atención psicológica accesibles y culturalmente sensibles.
El lamentable suceso de Yusvely Marianny, se subraya la importancia de fortalecer los servicios de atención a la salud mental, el acompañamiento a víctimas de violencia sexual y la formación de entornos familiares que escuchen y actúen frente al sufrimiento silencioso de las personas jóvenes.
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