Revisando algunos antecedentes, la Candelaria, se refiere a la procesión con candelas o velas, encendidas que se llevaba a cabo en Jerusalén en la Basílica de la Resurrección o Santo Sepulcro, la cual fue mandada a construir en el siglo 326 por órdenes del Emperador Constantino -primer emperador romano que autorizó el culto cristiano- además, tiene que ver con el recordatorio de que la Virgen María dio a luz a Jesucristo, quien es la luz del mundo.
Después de dicha procesión los cirios se llevaban a las casas para encenderse cuando hubiese necesidad de oración especial. En su momento, esta costumbre se basa en la ley de Moisés del Antiguo Testamento que señala que toda mujer debía presentarse al Templo después de 40 días de alumbrar para purificarse.
En este contexto en Jerusalén había un hombre llamado Simeón; este hombre justo y piadoso esperaba la liberación del pueblo de Israel y estaba en él el espíritu santo, por lo que se le había revelado que no iba a morir sin antes ver al Mesías que Dios les había prometido. Él vino al templo y cuando los padres de Jesús entraron con el niño, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios diciendo:
“Ahora, Dios mío puedes dejarme morir en paz. Ya cumpliste tu promesa, con mis propios ojos he visto al Salvador, a quien tú enviaste y al que todos los pueblos verán. “Él será una luz que alumbrará a todas las naciones y será la honra de tu pueblo Israel”. (Lucas 2: 25.38.)

En México
En la tradición católica se celebra a la virgen de la Candelaria y el mismo día se levanta al niño Jesús del nacimiento. En nuestro país, lo que se acostumbra es presentar la imagen del niño Dios al templo para bendecirla. Pero en la tradición judeo-cristina se presenta a los varones primogénitos de cada familia.
Asimismo, en México, la tradición empezó a cobrar cada vez mayor fuerza y además de ir a la iglesia con velas, los fieles comenzaron a llevar representaciones del niño Dios ataviado con distintos atuendos.
Comer tamales
La relación de la festividad del Día de la Candelaria con los tamales se debe a que, en las culturas prehispánicas, el maíz era utilizado como ofrenda para los dioses. En su libro Historia general de las cosas de Nueva España, fray Bernardino de Sahagún relata que los indígenas ofrecían tamales a Tláloc, el dios de la lluvia, para que los ayudara a tener buenas cosechas. Debido a que la ceremonia tenía lugar cada 2 de febrero, los dos festejos se fusionaron. Esta costumbre de comer tamales ha traspasado fronteras y hoy es muy popular también en Estados Unidos.
Procesión de las Candelarias
Por otra parte, en el Ayuntamiento de las Candelarias, (Santa Cruz de Tenerife), en las islas Canarias, España se celebra la Procesión de las Candelas el 1 de febrero por la noche y en la actualidad es el evento más numeroso de las fiestas, al que acuden personas de todos los municipios de la Isla donde se ubica la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria.
La candela en la mano izquierda es el elemento iconográfico que caracteriza y da nombre a la advocación de la Virgen. Las velas de la Candelaria, simbolizan el triunfo de la luz del Evangelio sobre la oscuridad del paganismo. La cera es también uno de los símbolos relacionados con el culto a las ánimas y hasta principio de los años 80 esta procesión se denominaba “de las antorchas”.
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