El 27 de septiembre de 1971 fue inaugurada uno de los monumentos más emblemáticos de la Angelópolis, la «Fuente de la China Poblana».
La fuente está ubicada al norte de la ciudad de Puebla y es una representación multicultural del legado poblano, además, es un homenaje a Mirra, princesa hindú raptada por piratas y bautizada por jesuitas con el nombre de Catarina de San Juan, cuya vida se desarrolló en nuestra ciudad.

Jesús Corro autor, tuvo como musa a su esposa
La construcción de la fuente estuvo a cargo del artista, Jesús Corro Ferrer. Fue edificada con cantera rosa, la escultura tiene una altura de tres metros, la cual permanece sobre una base de 30 metros de alto. El cuerpo es lisado tallado en piedra y su ropa es de talavera.
La historia narra que no existe una imagen precisa de cómo lucía Catarina de San Juan, por lo que el autor, Jesús Corro, tomó como musa a su esposa para inspirarse al esculpir la figura.
La fuente de la China Poblana es considerada una de las más grandes que existe en la capital poblana, se ubica en la colonia Adolfo López Mateos, sobre el bulevar 5 de Mayo y Diagonal Defensores de la República.
Segunda fuente de la China Poblana
Así como lo lees, existe otro rincón emblemático de la ciudad de Puebla con otra fuente dedicada a la China Poblana, la cual permanece en el Paseo Bravo.
Dicha obra fue donación de la colonia inglesa el 16 de septiembre de 1929, y se ubica en el lado sudeste del parque, es decir, sobre la avenida 11 Poniente.

¿Quién era Catharina de San Juan?
Diversos estudios refieren a Catharina de San Juan como la mujer que apodaron como China Poblana, y cuya indumentaria con elementos filipinos se popularizó y asoció con la mujer mestiza de belleza evidente, modales hogareños y devoción católica.
“En 1619, el comerciante poblano Miguel Sosa adquirió una esclava joven oriental en el mercado de Manila, Filipinas, a través de un socio comercial, quien la condujo hasta Acapulco. Ella provenía de la India o de algún otro país oriental”.
De acuerdo con la investigación de Von Wobeser, el nombre le fue dado por unos jesuitas durante el trayecto a Manila, ya que fue raptada por unos piratas en la playa de la India.
“Miguel Sosa, el nuevo amo de Catarina, era un comerciante exitoso que pertenecía a la élite poblana y residía en el primer cuadro de la ciudad. Él y su mujer, Margarita Chávez, eran cristianos devotos […] A su llegada a Puebla, Catharina, quien pronto recibió el apodo de China Poblana, tendría unos diez años de edad”.
Sobre los talentos de Catharina, refiere los siguientes: Buena cocinera. Experimentada molendera de chocolate. Hábil costurera y bordadora.
En 1624 muere el amo de Catharina y le otorga su libertad tras dos años de servicio a su viuda. Es así como trabaja después para el sacerdote Pedro Suárez, quien la casa con Domingo Suárez. Catharina enviuda en 1644 y recibe apoyo de diversos benefactores, entre ellos, Hipólito del Castillo y Altra, quien le permite vivir en su casa y trabajar ahí, donde muere en 1688.
Otra leyenda dice que Catarina de San Juan pasó sus últimos años en el Convento de Santa Catalina, dedicada a la vida eclesiástica. Según esta historia, la extranjera llegó a ser venerada por los milagros que concedía y las visiones de la Virgen María que tenía. Supuestamente, la Santa Inquisición tuvo que prohibir el culto a Catarina de San Juan entre los fieles católicos.
También, puedes ir al Templo de la Compañía en Puebla. Ahí se encuentra una lápida bajo la cual descansan los restos de una Catarina de San Juan, lo cual le ha ganado al recinto el sobrenombre de “la tumba de la china poblana”.
Lo cierto es que el traje de china poblana es un emblema de la identidad mexicana dentro del país y fuera de él, tal es así que extranjeros han demostrado el amor por México al portarlo, tal es el caso de Marilyn Monroe y Jacqueline Kennedy.