Queridas amigas, en esta ocasión no tendremos que viajar para ir a un lugar que conjuga la historia, la cultura, el arte y que además es una muestra de lo mucho que la Angelópolis puede ofrecer a sus visitantes en cada uno de sus rincones, me refiero a que por esta ocasión seremos turistas en nuestra propia ciudad, hablaremos de la Catedral de Puebla considerada una de las más bellas y que encierra un sinnúmero de misterios y significados que tal vez no conozcas.
Única te invita a conocer estos datos de la catedral que tal vez no sabias
La capital poblana es una fundación colonial que desempeñó un papel primordial en la historia de la Nueva España y del México independiente. En ella se refleja el Renacimiento y como consecuencia también el barroco. Por esta razón se construyen numerosos conventos e iglesias durante el siglo XVIII. Entre ellas encontramos a la catedral que está considerada como una joya arquitectónica.
La catedral Poblana, patrimonio de la humanidad y considerada por muchos uno de los primeros templos de construcción ostentosa en América, adelantándose incluso a la de la capital de país, llevo muchos años de construcción y diversas complicaciones. Se comenzó a iniciativa de fray Julián Garcés, obispo de Tlaxcala entre 1536 y 1539. Posteriormente a orden de autoridades virreinales, se encomienda al arquitecto Francisco Becerra en 1575 un proyecto más grande y vistoso. Sin embargo, por cambios administrativos y económicos su construcción se detuvo. Así, se retoma el proyecto en 1634, siendo el maestro mayor de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México Juan Gómez de Transmonte, quien adecuó el proyecto dándole un estilo clásico y planta basilical. Por mandato real se le encomendó a Juan de Palafox y Mendoza concluir la obra. Fue hasta 18 de abril de 1649 que el templo se consagró por el obispo Palafox sin haber sido totalmente terminado, se dedicó a la Inmaculada Concepción.
Del inicio de su construcción en 1575 a su consagración trascurrieron 74 años. Los contratiempos y diversas suspensiones permitieron que se fueran haciendo modificaciones hasta dar como resultado, la esplendida obra que podemos apreciar hoy en día.
La catedral de la capital poblana es el centro de la vida litúrgica de la diócesis, además de ser considerada como uno de los más importantes museos de arte novohispano y posterior, ya que alberga una gran cantidad de obras de pintura, escultura, orfebrería y carpintería, así como las grandes puertas entableradas. Además los tesoros de la sacristía, que resguarda los ornamentos sacerdotales bordados con hilo de oro y plata, vasos sagrados, cálices, copones, relicarios y cruces bañados en oro con incrustaciones de joyas y diamantes. Su archivo histórico posee documentos que datan de la fundación de la ciudad.
La catedral se encuentra trazada en cruz griega y actualmente se divide en cinco naves, está colocada en la misma posición cardinal que la de San Pedro en Roma, al oriente se observa el altar de los Reyes, al poniente la entrada principal llamada del perdón o papal, al norte la portada real y al sur una portada sencilla sin mucho adorno.
Distribuidas a los lados de la nave central encontramos catorce capillas, ocho antes de llegar al crucero y seis después de pasar este.
El altar es de planta octogonal sobre el que se levantan dos templetes sucesivos, uno interior, que aloja al altar coronado por una hermosa escultura de la Inmaculada Concepción y otro exterior, monumental, que esta soportado por ocho pares de columnas corintias. Tiene cuatro altares orientados hacia los puntos cardinales, con el principal dirigido hacia el coro. En su gran pedestal hay una puertecilla para ingresar a la cripta sepulcro de los obispos angelopolitanos. Un conjunto de ángeles esculpidos y frontones delimitan el primer cuerpo del altar. Atrás del altar se encuentran tres retablos principales, el primero de San José, el retablo de los Reyes que es el central y más grande, y el de la izquierda en honor a San Miguel.
El ingreso principal está dividido en tres puertas, la puerta central y más grande es la puerta del perdón, la puerta de la derecha llamada puerta de la epístola y la puerta de la izquierda llamada la puerta del evangelio.
La llamada torre vieja es la única que tiene campanas, ocho pequeñas y una campana para el reloj. La de mayor peso y fama es la llamada «campana María» el peso registrado de esta con su badajo es de 8 toneladas 572 kilos y 572 gramos. El reto y las tremendas dificultades que implicó subir la campana María, hizo surgir la famosa leyenda de que fueron los ángeles quienes la subieron y colocaron en su sitio.
Con todo el misticismo que la envuelve, la catedral de Puebla no sólo es el centro de la vida litúrgica de la diócesis Católica de Puebla, sino una maravilla arquitectónica y un icono de identidad y orgullo para todos los poblanos.
…Y recuerden amigas, que es importante que nosotras conozcamos y seamos las mejores promotoras de toda la riqueza cultural que Puebla tiene para el mundo.
Dato curioso
En las catedrales la Puerta del Perdón se abre sólo en ocasiones especiales y pueden pasar una decena o centena de años sin que los fieles tengan la gracia de pasar por ahí, pues por lo regular casi siempre están cerradas. Cuando se llega a dar este acontecimiento; las personas que crucen por esta puerta, que estén confesadas y puedan recibir la eucaristía recibirán la Indulgencia Plenaria.
La puerta del perdón de la catedral de Puebla se abrió con motivo del inicio del Año Jubilar Palafoxiano, en honor del beato Juan de Palafox y Mendoza. Esta puerta permanecerá abierta durante todo el Año.
También se abrió el 6 de abril de 2009, por la llegada del nuevo Arzobispo de Puebla Monseñor Víctor Sánchez Espinosa.