Rafael Caro Quintero, el poderoso excapo del Cártel de Guadalajara, enfrenta la justicia en Estados Unidos. Cuarenta años después del brutal asesinato del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena, el narcotraficante será juzgado en una Corte de Nueva York.
Con la extradición de Caro Quintero a los Estados Unidos; la DEA promete justicia para Kiki Camarena. A través de redes sociales, las autoridades estadounidenses celebraron que las autoridades mexicanas enviaran al capo a responder ante la justicia de aquel país
Por su parte, la cuenta de la DEA federal señaló que tras estar cuatro décadas en la lista de los más buscados, por fin llegó a suelo estadounidense, donde “se hará justicia”.
Rafael Caro Quintero ha llegado a los Estados Unidos junto con otros 28 narcotraficantes provenientes de México, tras la solicitud del gobierno de Donald Trump mediante una orden ejecutiva.
Un avión de la Armada de México aterrizó en Nueva York para entregar a los criminales.

Su llegada está cargada de simbolismo: al comparecer, sus muñecas estarán sujetas por las mismas esposas que una vez pertenecieron a su víctima. Este gesto, ideado por Enrique Camarena Jr., hijo del agente asesinado y actual juez en Estados Unidos, busca honrar la memoria de su padre.
El traslado del capo, ocurrido el pasado 27 de febrero, representa un hito en la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Su captura, extradición y próximo juicio simbolizan un esfuerzo conjunto por garantizar que los responsables de crímenes atroces enfrenten las consecuencias de sus actos.
Caso Enrique «Kiki» Camarena, asesinato de un agente de la DEA que indignó a EUA.
El asesinato de Camarena en 1985 sacudió la relación bilateral entre ambos países. El agente había logrado infiltrarse en el Cártel de Guadalajara y con su información, permitió que las autoridades destruyeran una plantación de marihuana valuada en millones de dólares.
El 7 de noviembre de 1984 elementos del Ejército Nacional destruyeron varias hectáreas de plantaciones de marihuana en el desierto de Jiménez, en el estado de Chihuahua, pertenecientes a éste Cártel, lo que ocasionó pérdidas millonarias para el grupo criminal, y la furia de los narcotraficantes.
La represalia no tardó. El 8 de febrero de ese año, fue secuestrado, brutalmente torturado por más de 30 horas y finalmente asesinado.

Su cuerpo apareció en una zona rural de Michoacán, junto al del piloto mexicano Alfredo Zavala. La DEA reaccionó con la “Operación Leyenda”, la mayor investigación de su historia, que identificó a los responsables: Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.
Arrestado en 1985 en Costa Rica, Caro Quintero fue condenado a 40 años de prisión en México. Sin embargo, en 2013 logró salir libre tras un fallo judicial que argumentó errores en su proceso. La noticia indignó a Estados Unidos, que ofreció 20 millones de dólares por su recaptura.
Durante casi una década, el capo se movió entre las sombras, supuestamente con protección del Cártel de Sinaloa. Su suerte cambió en 2022, cuando fue localizado y arrestado en la sierra de Choix, Sinaloa, en un operativo de la Marina mexicana.
Después de múltiples recursos legales, su extradición se concretó y ahora enfrenta un juicio donde las autoridades estadounidenses buscarán la pena máxima. Su historia, marcada por el narcotráfico, la violencia y la impunidad, está lejos de terminar. Pero esta vez, su destino estará en manos de la justicia estadounidense.
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