El ser que me habita
acordándose en sus planetas
y en sus coloquiales sitios
deseó salir al mundo
entornándose erotismo
en un caminar selecto
para dejar la imaginación
y retornar a los augurios
entre cuerpos amados
y pasiones contenidas
en el ámbar natural
postrado entre montañas
y con fetiches que ríen
y cantan mientras gozan
bajo los secretos combinados
en el abrazo profundo
que llega a revelar los misterios
celosamente aquilatados
de los enamorados que lloran
mientras se besan ahí
en cada fuerza que brota
en las palabras que irradian
los suspiros caídos y abandonados
entre las fabulosas manos
que delatan la humanidad
en tanto los demás acortan todo
y el todo se une en esas bocas
que atraen a los íntimos fugados
mientras la erótica noche canta
y rebela su oscuridad sagrada.
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