sábado, abril 20, 2024
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Guardia Nacional con mando civil y participación acotada de fuerzas armadas

Con modificaciones a la iniciativa original, el senado aprobó por unanimidad la creación de la guardia nacional. Aunque falta que sea analizada y ratificada esa decisión por la cámara de diputados y aprobada por la mayoría de las legislaturas locales, la iniciativa pronto tendrá plena vigencia.

Con el beneplácito del presidente López, la guardia nacional tendrá mando civil y estará adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Habrá un periodo de cinco años siguientes a la entrada en vigor del decreto, para que la guardia nacional desarrolle su estructura y capacidades e implantación territorial, durante los cuales el ejército y la marina trabajarán en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.

La iniciativa dispone que las secretarias de la Defensa Nacional y la Marina participarán, conforme a la ley, con la del ramo de Seguridad, para el establecimiento de la estructura jerárquica de la guardia nacional, sus regímenes de disciplina, cumplimiento de responsabilidades y tareas, de servicios, así como para la instrumentación de las normas de ingreso, educación, capacitación, profesionalización, ascensos y prestaciones, que podrían estar homologados a las disposiciones aplicables en el ámbito de la Fuerza Armada permanente.

De acuerdo con el documento, se plantea la eliminación de la junta de jefes de estado mayor propuesta en la minuta original y en su lugar estará una coordinación operativa interinstitucional formada por representantes de las secretarías de seguridad pública, fuerzas armadas y marina.

Asimismo, la iniciativa aprobada refiere que los ejecutivos de las entidades federativas presentarán ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública, en un plazo que no exceda de 180 días a partir de la entrada en vigor del decreto, el diagnóstico y el programa para el fortalecimiento del estado de fuerza y las capacidades institucionales de sus respectivos cuerpos policiales estatales y municipales.

Ahora bien, la pregunta obligada es ¿qué problema intenta atender la guardia nacional? Debe queda claro que existe una diferencia fundamental entre la función de seguridad pública que corresponde atender al Estado mexicano (los gobiernos federal, estatal y municipal) y la estrategia para llevarla a cabo. La guardia nacional es la estrategia de la presente administración federal, pero cuál es su objetivo, a qué responde su integración, cuáles son las condiciones de posibilidad de su éxito en un ambiente de expresiones regionales y locales de inseguridad.

El plazo de cinco años fijado por la iniciativa para que la guardia nacional desarrolle sus capacidades y estructura frente al problema de la inseguridad en el país (en los hechos durante prácticamente el sexenio del presidente López), tiempo en el cual el presidente podrá disponer de las fuerzas armadas, lleva a reflexionar acerca de las incapacidades institucionales de los gobiernos estatales y municipales y que se expresan en la multiplicación de problemas en todo el territorio nacional.

Esta circunstancia entre pretensión y realidad dejará el peso de la solución sólo en una medida federal, cuyos arreglos deberán traducirse en posibilitar que los ámbitos locales de gobierno también tengan esta oportunidad de incrementar sus capacidades.

El desbalance entre estrategia federal y función pública del Estado para hacer frente al problema de la inseguridad menguará los alcances de la guardia nacional y pulverizará su efectividad por las debilidades de las fuerzas policiales locales para atender la violencia y la delincuencia del fuero común. Así, se dejará a la política federal de seguridad la principal carga de un problema que no es sólo federal sino municipal, estatal y regional.

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