Una de las Fuentes emblemáticas de Puebla sin lugar a dudas es, la de Los Muñecos, que guarda una leyenda popular e incluso misteriosa, donde pocos se imaginan que esas coloridas estatuas de dos niños tengan vida y algo de terror. Ubicada en el Barrio de Xonaca, entre las calles 22 Oriente y 18 Norte.
Se trata de una pareja de niños entre los 6 y 8 años, que tiene una sonrisa en su rostro y con ropa coloquial e incluso con sus útiles escolares, colocados al centro de la fuente.
Durante sus primeros años, el barrio de Xonaca, localizado a unas calles del Centro Histórico de Puebla, se le conoció como la zona de gente adinerada de México, porque aquí se solían construir quintas o fincas que servían como casas de descanso para los más ricos, incluso lo llamarón el barrio de los catrines.
En el lugar, el ex gobernador de Puebla, Maximiliano Ávila Camacho, hermano del presidente Manuel Ávila Camacho, contaba con una propiedad, la cual era administrada por un hombre que tenía dos hijos. Los pequeños, un niño y una niña, eran bien conocidos y queridos en el barrio y tenían fama de ser muy alegres y amables.
La leyenda dice que un día muy lluvioso, los hermanos salieron de casa rumbo a la escuela. Ambos se protegían de la lluvia con una sombrilla. El niño, al observar la intensidad de la lluvia, abrazó a su hermana para protegerla del agua. Nadie supo lo que pasó después. Los niños desaparecieron de forma inexplicable y la búsqueda por parte de sus padres y los vecinos fueron inútiles, nunca aparecieron.

Estatuas que cobran vida
Se dice que pudieron haber caído a un pozo, pero no se sabe con exactitud lo que pasó con los pequeños hermanos. La trágica noticia llegó hasta oídos del gobernador quien, conmovido, decidió instalar una fuente y colocar la figura de dos niños que representaran a los desaparecidos.
La Fuente de los Muñecos, es un pedestal de azulejos de talavera que sostienen a los hermanos. Esta construcción, además de dar identidad al barrio, se ha convertido en objeto de leyendas e historias de terror.
Algunos vecinos de la zona, afirman que, durante las noches, las figuras cobran vida y corren por las calles. Otros más, dicen haber escuchado risas y llantos que provienen de la misma fuente.
Incluso se comenta que los zapatos y las rodillas de los muñecos se ven sucios durante las mañanas, como si los niños se bajaran a jugar en el barrio.
Lo cierto es que esta bella Fuente de los Muñecos continúa siendo un misterio.