No prestas atención cuando te aplicas rímel.
Si no te concentras mientras te aplicas rímel, podrías terminar con algo peor que un exceso de maquillaje alrededor de tus párpados. “Algunas de mis pacientes han dañado sus córneas con el aplicador del rímel. Se acerca tanto a los ojos que puedes lastimarte si no tienes una buena técnica”, dice la oftalmóloga Michelle Rhee, del Sistema de Salud Monte Sinaí.
Usas sombra para ojos con glitter.
Si te gusta destacar tus ojos con tus sombras, es una buena idea gastar un poco más para garantizar tu seguridad. “Algunas de las marcas más baratas pueden tener glitter que se separe de la sombra; este puede meterse en tus ojos e irritarlos si no tienes cuidado”, dice la doctora Rhee. Si eso ocurre, enjuaga tus ojos de inmediato y cambia de marca.
Tu maquillaje es importado de países asiáticos.
Muchos de los cosméticos que usamos son fabricados en nuestro país o en Estados Unidos. Pero otros pueden venir de países, principalmente asiáticos, donde los estándares de calidad son distintos. Por eso pueden contaminarse con bacterias dañinas que causan infecciones en diferentes partes del cuerpo, como los sistemas digestivo y urinario.
Toma en cuenta que los cosméticos elaborados en América también pueden contaminarse, debido a sus materiales o ingredientes y a las condiciones de su fabricación. Es una buena idea mantenerte al tanto de las alertas de Cofepris, justo como harías si se tratara de un alimento o un medicamento.
Compras el maquillaje más barato que encuentras.
Hay un tiempo y lugar para ahorrar, pero esto no ocurre con ningún producto que apliques directamente en tu piel (en especial base y corrector). “Los productos más baratos pueden inflamar la piel”, dice la doctora Mona Gohara. Busca que las etiquetas de tus cosméticos los identifiquen como “no-comedogénicos”, lo que significa que están formulados para no tapar los poros.
No cuidas tu piel.
Si tienes piel sensible, debes evitar ciertos productos. “Cualquier presentación en crema, como las BB y CC Creams, tiende a ser más pesadas y a irritar o tapar tus poros con más facilidad en comparación con el maquillaje en polvo, por lo que no son recomendables para piel sensible”, afirma la doctora Gohara. Si eres propensa al acné, busca productos que contengan ácido salicílico o peróxido de benzoilo, dos ingredientes que ayudan a combatir el acné.
Compartes tus cosméticos.
Si tus amigas y tú se están preparando para salir de fiesta, cada una debe llevar su propia cosmetiquera. “Compartir los cosméticos puede ser peligroso, en especial aquellos que son para ojos. Puedes contagiarte una infección como conjuntivitis (inflamación de las membranas mucosas del ojo), inflamación del párpado, y quizá hasta afectar la córnea porque los gérmenes pasarán de una a otra”, dice la doctora Rhee. Y nunca uses los probadores en las tiendas si alguien más ya los ha tocado: si necesitas ver cómo te queda el color antes de comprar, utiliza un aplicador desechable.
Te encantan los rizadores de pestañas.
Si el aplicador de tu rímel no te da la curvatura que deseas, sé cuidadosa con el rizador de pestañas. Si no lo usas de forma correcta podría rasguñar tu ojo, indica la doctora Rhee.
Nunca lavas las brochas.
“En teoría, deberías limpiar tus brochas con la misma frecuencia con la que lavas tu cara, pero es obvio que eso no ocurre”, dice la doctora Gohara. Lava tus brochas una vez por semana con un limpiador suave sin detergente y deja que se sequen por la noche. Las brochas pueden atrapar células muertas y otros gérmenes y depositarlos en tu piel mientras te maquillas.
Te desmaquillas frotando tu cara.
La piel que rodea tus ojos es particularmente delicada, y frotarla con demasiada fuerza puede romper los vasos sanguíneos y causarte ojeras. Usa un limpiador suave para retirar el maquillaje y evita tallar tu piel.
Traes extensiones de pestañas.
Si no te imaginas sin extensiones de pestañas, investiga bien en dónde te las aplicarán. “Acude a un lugar que se caracterice por la experiencia de su personal. Trabajarán con instrumentos muy afilados cerca de tu ojo, y puedes recibir desde una herida tan simple como raspaduras en la córnea hasta una tan severa como una perforación”, dice la doctora Rhee.
Si te las aplicas tú misma, ten cuidado con el pegamento. “No es común, pero sí he recibido pacientes que accidentalmente introdujeron pegamento a su ojo, y no me parezca que sea algo por lo que valga la pena”. No solo te lastimará (¡y mucho!), sino que puede afectar tu visión.
Duermes maquillada.
¿Qué tan malo es dormir sin desmaquillarte? “La piel se regenera naturalmente durante la noche, por eso se le llama sueño de belleza. Si no te desmaquillas, su capacidad para regenerarse será menor, además de que los restos de cosmético y la suciedad acumulada durante el día tapará los poros y aumentará la cantidad de residuos en su interior”, dice la doctora Gohara. Sin importar qué tan cansada te sientas, lava suavemente tu rostro antes de acostarte.
Nunca cambias tus cosméticos.
El maquillaje también tiene fecha de caducidad, y usar productos después de ella puede causarte irritación y hasta infecciones. La mayoría de los cosméticos tiene una vida útil de seis meses; cuando el rímel o el delineador líquido comienzan a formar grumos, es una buena señal de que hay que reemplazarlos. Y siempre deshazte de tu labial o de tu gloss si has padecido aftas.
No te lavas las manos.
Si usas tus dedos para aplicarte crema o base de maquillaje, tu primer paso siempre debe ser lavarte las manos. Si no lo haces, podrías pasar a tu cara el polvo, los gérmenes y las bacterias que estén en tus dedos o abajo de tus uñas.
Nunca lavas tu cosmetiquera.
Tu cosmetiquera necesita un baño ocasional para retirar polvo, partículas, suciedad y hasta bacterias. Dependiendo del material, pásale un trapo con agua caliente y jabonosa por el interior y espera a que se seque, o métela a la lavadora o a la lavavajillas.
Te has hecho un “tatuaje” cosmético.
Resulta atractivo tatuarte las cejas, los ojos o tus labios, sobre todo porque es perfecto para reducir el tiempo que dedicas a maquillarte. Pero si no se realiza de manera apropiada, podrías ponerte en riesgo. “Tatuar delineador no es cualquier cosa. Están trabajando tan cerca de tus ojos que existe un riesgo de que puedan tocar el glóbulo ocular”, dice la doctora Rhee.
Usas lentes de contacto de colores.
Si quieres cambiar el color de tus ojos con lentes de contacto, visita a un oftalmólogo: nunca, nunca los compres sin consultarlo primero. “La supervisión nos da la única forma segura de utilizar lentes de contacto cosméticos”, dice la doctora Rhee.
“Si no pides la opinión de tu médico, no tendrás la menor idea de qué material están hechos. Pueden parecer una marca profesional, pero también pueden ser de baja calidad. Además, puede ser peligroso si un oftalmólogo no te enseña cómo aplicártelos”.
No usas las brochas adecuadas.
“Entre más suaves sean las cerdas, mejor”, dice la doctora Gohara. Las cerdas suaves son más gentiles con la piel y es menos probable que provoquen irritación, lo que podría causarte acné o activar tu rosácea.
¿Tu maquillaje te ha ocasionado algún problema en tu piel u ojos?