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Felicidades Ringo Starr, hoy cumple 81 años

Imagen Flickr

Starr es uno de los mejores 15 bateristas de la historia.

En Revista Única hoy hablaremos de uno de los músicos que hizo historia por formar parte del cuarteto Liverpool, se trata de Ringo Starr, quien hoy cumple 81 años de vida, nació el 7 de julio de 1940 en Dingle, Liverpool. Hijo de Elsie Gleave y Richard Starkey, ambos confiteros. Su verdadero nombre es Richard Starkey.

Fue hijo único de la pareja quienes se separaron en 1943, por lo que Ritchie quedó al cuidado de su madre. Su infancia transcurrió en el Dingle, una zona de Liverpool. Cuando tan solo contaba con tres años de edad, su padre abandonó a la familia y su madre tuvo que trabajar como camarera.

A los seis años, sufrió una peritonitis que lo mantuvo en coma diez semanas. Cuando cumplió trece años, un resfriado se le convirtió en pleuresía y debilitó sus pulmones. Permaneció los siguientes dos años en el Hospital de Niños. Entró en los Ferrocarriles Británicos y fue despedido al cabo de seis semanas por no aprobar el examen médico.

El novio de su madre le encontró trabajo como aprendiz de ensamblador en una compañía mecánica local. Buscó acomodo en el mundo de la música, abandonando el colegio para ponerse a trabajar en diversos oficios e interpretar skiffle con la batería que le compró su padrastro, llamado Harry Graves.

Imagen Flickr

Tocó la batería en la banda de una sala de hospital. Formó un grupo con su amigo Eddie Clayton. Llegó a tocar con el grupo más importante de Liverpool, Rory Storm and the Hurricanes.

Fue en la época durante la popularidad de Rory Storm cuando Ritchie se convirtió en «Ringo», porque usaba tantos anillos (rings) en los dedos, y «Starr» en vez de Starkey, para que su solo de batería pudiera anunciarse como «Starr Time» (el momento estelar). Con Rory viajó a Alemania y allí, en la ciudad de Hamburgo, conoció a Los Beatles.

Justo es en Butlin donde George Harrison le ofrece el puesto de baterista de Los Beatles. Se integró en el grupo el 14 de agosto de 1962, reemplazando a Pete Best. Como baterista no era un derroche ni de talento ni de técnica, sin embargo, manejaba bien los ritmos y sabía adecuarlos a las canciones sin caer en arreglos excesivos que le quitaran fluidez a las melodías. Optó por la simpleza y le fue bien.

Tras su paso por los Beatles, en donde, al margen de su excelente labor rítmica, llegó a escribir algunas canciones, como “Octopus’s Garden” o “Don’t Pass Me By”, y a cantar algunos de los temas más populares del grupo, escritos por John Lennon y Paul Mc Cartney, como “With a Little Help From My Friends” o “Yellow Submarine”, Ringo dio inicio a su carrera como solista, todavía sin la ruptura oficial de los Fab Four, con “Sentimental Journey” (1970), un LP (número 7 en el Reino Unido) editado en Apple con producción de George Martin que contó con la participación como arreglistas de Paul McCartney, Klaus Voorman o Maurice Gibb y con sonidos cercanos al Tin Pan Alley.

Uno de los estilos favoritos de Ringo siempre fue el country & western. Con “Beacoups Of Blues” (1970), álbum con producción de Pete Drake, Starr logró editar un aceptable disco de country grabado en Nashville que incluye temas como “Without Her”, “Love Don’t Last Long”, “Beacoups Of Blues” o “Coochy Coochy” y acompañantes como Ben Keith o el batería de Elvis Presley, D. J. Fontana.

Imagen Pixabay

En las listas de los mejores bateristas de la historia, casi siempre encabezadas por dos que se murieron en la plenitud de sus facultades, como John Bonham y Keith Moon, Ringo aparece entre los primeros 15 puestos. Sus colegas lo estiman, lo valoran como músico. Dave Grohl, en la introducción del Beatle en el Rock and Roll Hall of Fame, dijo: “¿Cómo definir al mejor baterista del mundo? ¿Es el que es técnicamente impecable? ¿O es alguien que atraviesa la canción con un sentimiento personal y con corazón? «Ringo es el rey del sentimiento y del corazón”.

George lo explicó de esta forma: «Ringo era un gran baterista. No se destacaba desde lo técnico, pero siempre fue excelente. No entiendo por qué siempre s subestimó su capacidad». Paul McCartney, dijo: «Recién cuando hicimos el primer show en The Carvern con Ringo, recién ahí en 1962, fuimos una verdadera banda. Si Ringo estaba detrás, uno nunca tenía que darse vuelta. Sabía que todo iba a salir bien».

En toda la discografía de los Beatles hay nada más que un solo de batería. Es en The End, el último tema del último disco grabado por la banda. Ringo odiaba los solos de baterías (como la mayoría de los mortales). “Creo que estaba obsesionado con que no era un buen baterista, por eso no quería hacer solos. Siempre odió a esos tipos que buscan lucirse y se ponen a hacer un solo interminable mientras sus compañeros van a tomar algo”, dijo Paul.

Cantó Yellow Summarine o Whith a Little Help of my Friends en la que no teme entonar eso de “¿Qué harías si desentono al cantar?”. Pero era en las entrevistas y en las películas donde Ringo descollaba. Se mostró como el más simpático de los cuatro y como el que mejor se desenvolvía delante de las cámaras.

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Así en A Hard Day’s Night ganó el protagonismo. Él le sacó glamour a su actuación diciendo que aparecía más que los demás porque era el que lograba llegar más temprano a la filmación, pero que no hablaba en la película debido a la resaca que acarreaba al arribar al set y que no había chances de que se acordara la letra.

En Abbey Road, el último disco que grabaron (no el último que se editó, ese fue «Let it be») Ringo firmó su mejor canción, «Octopus’s garden». Ese jardín de pulpos nació cuando en medio de la grabación del Álbum blanco, el baterista se cansó de las rencillas y de las subestimaciones y se fue del estudio.

Dejó a los Beatles convencidos de que estaba tocando mal y las relaciones personales de los cuatro amigos estaban en su peor momento. Él fue el primero en dejar la banda. Los otros tres siguieron el trabajo (Paul grabó la batería en dos temas), pero algunos días después salieron a buscarlo. Le mandaron cartas, telegramas y lo llamaron insistentemente por teléfono. 

Uno de los telegramas decía que él era el mejor baterista del mundo y que no podían ni iban a seguir sin él, que por favor regresara. Los otros tres no concebían continuar sin Ringo Starr, el alma del grupo. Pero no lo ubicaban por ningún lado. Hasta que alguien les avisó que Ringo estaba paliando la angustia de buena manera. Disfrutaba de unos días en el yate privado de Peter Sellers mientras paseaban por Cerdeña.

Imagen Wikimedia

A bordo de la embarcación, en un almuerzo, a Ringo le sirvieron pulpo y le contaron de algunas de las particularidades del animal. Por ejemplo que los pulpos tomaban piedras brillantes y las depositaban en las entradas de sus cuevas, así construían su propio jardín.

El baterista recordó esos datos y curiosidades para componer su tema. En esa pista regresa el recurso utilizado en Yellow Submarine, para llevar el sonido del mar al surco del vinilo: Ringo soplando con una pajita en un vaso de agua para provocar burbujas.

Al volver al estudio, unas semanas después, el 4 de septiembre de 1968, George había cubierto la batería de flores y con ellas había escrito: «Bienvenido a casa». Disueltos los Beatles, su carrera solista tuvo una época de esplendor. Varios protagónicos en cine auguraban una carrera en Hollywood. Una seguidilla de discos que funcionaron bien en ventas y en la crítica.

Uno de standards (Sentimental Journey), otro de country (Beaucoups of blues) y varios con pequeñas gemas pop. El álbum Ringo, de 1974, parece el mejor de ellos. Dos números uno y la participación de los otros Beatles. Algunos de sus hits de esos primeros años solistas: “It don’t come easy”, “Photograph”, “You are Sixteen”, “I’m the greatest”.

Imagen Wikimedia

A partir de ese momento su carrera solista se fue despeñando. Discos sin demasiado trabajo, perezosos, en los que solo sobresale la simpatía del protagonista. El alcohol, las drogas, las noches interminables pasaron factura. Su compañero permanente de juerga era Harry Nilsson. Pero también lo acompañaron Elton John, Lennon, Marc Bolan, Keith Moon y varias estrellas más.

Una de las grandes virtudes de Ringo es que siempre entendió qué era ser un beatle. Dijo que era una situación, un status, que ellos cuatro solo compartían con los pocos hombres que pisaron la Luna. No solo los emparentaba la época, sino la realidad incontrastable que habían llegado a un lugar al que nadie más accedería. En esa soledad residía el privilegio y gran parte del problema.

El 8 de diciembre de 1980, alguien lo llamó por teléfono. Ringo disfrutaba en Bahamas. Al escuchar lo que le decían, quedó inmóvil y el auricular cayó de su mano. Mark David Chapman había disparado contra John Lennon. Ringo fue el primer beatle en enterarse. Se sobrepuso al shock en unos minutos.

Llamó a Maureen, su ex esposa. Sabía que en su casa de la campiña inglesa, Cynthia Lennon, la primera esposa de John, pasaba unos días con ella. Maureen le pasó el teléfono a su amiga. “Ringo te quiere decir algo”. Cynthia supo lo que pasaba cuando escuchó el llanto de Ringo del otro lado de la línea y comenzó a gritar con desesperación.

Ringo no sabía qué hacer. Hasta que, una vez más, decidió su corazón. Tomó un avión hacia Nueva York. Al llegar, se dirigió hacia el Dakota. Atravesó la marea de curiosos y fans desconsolados, y subió a darle un abrazo a Yoko Ono. «¿Qué puedo hacer?», le preguntó. «Hay que distraer a Sean», dijo la reciente viuda. Y Ringo, con el corazón destrozado por la muerte de su amigo, se pasó toda la tarde jugando con el chico de cuatro años.

Imagen Wikimedia

Ringo se casó con Maureen Cox en medio del boom beatle, en febrero de 1965. Tuvieron tres hijos: Zak (baterista de The Who y de la banda de su padre), Jason y Lee. Se divorciaron diez años después, en medio de las épocas más tormentosas de Ringo. En 1980, durante la filmación de la película El cavernícola, con Peter Sellers, el músico conoció a Barbara Bach, ex modelo y Chica Bond. Desde ese momento permanecen juntos.

En 1985, fue el primer beatle en convertirse en abuelo cuando su hijo Zak fue padre de Tatia Jayne Starkey. Zak, realizó giras como baterista de la reunida banda The Who, liderada por Pete Townshend. En 2016, se convierte en bisabuelo.

Regresó a la música en 1992 después de librar batalla contra el alcoholismo y la dependencia de las drogas. Después de tres años de salir de una clínica de desintoxicación norteamericana no vuelve a probar el whisky ni la cocaína. A sus 51 años, graba un nuevo disco: Time takes time (El tiempo necesita tiempo).

Más tarde editó “Vertical Man” (1998), el disco navideño “I Wanna Be Santa Claus” (1999) o “Ringorama” (2003).

Otros trabajos de su discografía son “Choose Love” (2005) y «Liverpool 8» (2008), y álbums co-producidos entre Ringo y Mark Hudson. El último también cuenta con la participación de Dave Stewart, el ex miembro de los Eurythmics.
Más tarde apareció «Y Not» (2010), en donde colabora con Paul McCartney y Van Dyke Parks.

Su último trabajo en estudio es «Give More Love» (2017), álbum con la presencia de Paul McCartney, Edgar Winter o Peter Frampton. En 2011, los lectores de la revista Rolling Stone le eligieron como el quinto mejor baterista de todos los tiempos.

Nombrado caballero en una ceremonia de investidura en el Palacio de Buckingham por el príncipe Guillermo, duque de Cambridge el 20 de marzo de 2018. En el 2021 publicó el EP “Zoom In” (2021).

Con información de Infobae, Busca Biografías y A lo Critión.@

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