Pensábamos que el bombardeo mediático electoral del 2 de junio ya había quedado atrás, ¿verdad?
Después de meses de campañas, promesas y ridiculeces, todas estábamos listas para un poco de paz.
Pero no, mis amores, en marzo volvemos a la carga con el proceso electoral extraordinario en cuatro municipios. Y, con eso, ya saben lo que viene: promesas recicladas y discursos floridos.
Así que prepárense, porque seguramente volveremos a escuchar el greatest hits de la agenda de género en voces de hombres que no planean cumplir.
¿Recuerdan cuando todos los candidatos hablaban de la agenda de las mujeres, nuestros derechos reproductivos y la no violencia? ¡Claro que lo recuerdan! Era la moda del momento. Pero, ay, duele decirlo: nuestros derechos no deberían ser una moda.
Lo que realmente queremos es ver políticas que transformen nuestra realidad, no sólo palabras bonitas para quedar bien.
Y con el 2030 en el horizonte y la promesa de alternancia de género, los partidos ahora andan como locos buscando mujeres para cumplir.
Pero ojo, no queremos que hagan maroma y teatro para cumplir con la cuota. Hay muchas mujeres talentosas, capaces, inteligentes y listas para luchar por nuestros derechos desde cualquier trinchera.
Mujeres de todos los colores: Morena, PAN, PRI, PSI, lo que sea.
El problema es que a los hombres en el poder les sigue dando pánico soltarlo y ponerlo en manos de una mujer. La verdadera transformación vendrá cuando dejen de vernos como una cuota a cumplir y nos permitan crecer dentro de los partidos.
No queremos migajas ni puestos simbólicos, queremos poder real.