El cáncer de pene se origina con frecuencia en el glande y rara vez en el prepucio o en el cuerpo del pene, formando masas ulcerativas. Esto hace que el resto del glande se vea afectado al igual que los cuerpos cavernosos.
Este tipo de cáncer es uno de los grandes desconocidos debido a su baja frecuencia. El jefe se Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center de Madrid, Enrique Grande, detalla que se estima que se diagnostican menos de 300 casos al año en España, debido a las implicaciones psicológicas que eso conlleva. “La mayoría de los casos se observan en varones de 50-70 años, aunque casi un tercio de los casos afectan a varones menores de 50 años”, explica Grande.
El especialista señala que no hay una causa exacta que provoque el cáncer, aunque uno de los principales factores de riesgo y más frecuentes es el consumo de tabaco que provoca, directa o indirectamente, al menos la mitad de los casos. “Otras dos causas pueden ser por la infección del virus del papiloma humano o la falta de higiene, que hace que se acumulen restos a lo largo de la vida y se cree una infección”, aclara Grande. También señala que los hombres que se han hecho la circuncisión tienen menos posibilidades de sufrir esta enfermedad.
¿Cuáles son los principales síntomas que pueden alertar a un hombre si tiene cáncer de pene? Se trata de “una lesión que puede brotar en toda la piel que recubre el pene, en la capa interna del prepucio o en el glande. Ahí se produce una pequeña erupción con flujo mal oliente hasta que poco a poco va creciendo y se forma una verruga con dolor”, asegura Grande. Este tumor se relaciona principalmente con infecciones que pueda haber en el órgano masculino, por lo que el médico realiza una biopsia para confirmar que es cáncer.
El especialista afirma que es una lesión visible. “El problema es que hay hombres que no lo detectan porque si está debajo del prepucio, ni lo tocan ni lo ven hasta que es relativamente grande”, explica Grande.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad depende mucho del estado de la misma, por eso afirma Grande, que es muy importante acudir al médico cuanto antes, puesto que luego le van a quedar menos secuelas.
La cirugía es el tipo más frecuente de tratamiento. En los tumores más pequeños pueden utilizarse tratamiento con láser y radioterapia. “Se intentan preservar los márgenes, se quita el tumor y el tejido sano. Actualmente estamos intentando conservar la mayor parte posible del glande y el cuerpo del pene, para así conservar la función urinaria y sexual”, dice el especialista.
La cirugía total es más complicada ya que el tumor es más grande, y a la vez traumática para el paciente, puesto que consiste en extirpar la totalidad del pene. “Desafortunadamente en este caso, disfunción de la orina y de la sexual aparecen. Intentamos redirigir la uretra por detrás de los testículos creando un orificio para que el paciente pueda orinar. También estamos intentando realizar una reconstrucción del pene, aunque esta técnica sigue siendo extremadamente rara”, afirma Grande.
Consejos para llevar una vida normal
Grande señala que este tipo de cáncer se cura, pero lo que peor llevan los pacientes es el tema psicológico, ya que afecta a su virilidad. “La amputación es muy difícil de manejar, puesto no sólo afecta a tu vida personal, sino también a tu vida en pareja, la convivencia puede deteriorarse, por lo que un abordaje psicológico después de la operación es muy necesario”, detalla el especialista.
También están los grupos de apoyo, que es una herramienta de afrontamiento útil. “Estos grupos permiten que los participantes conozcan a otras personas como ellos y se den fuerza entre sí”, apunta Grande. También existen docenas de sitios web de apoyo por Internet o listas de mensajes para quienes no tengan acceso a una reunión tradicional.
Otra cosa que ayuda a superar la enfermedad es mantenerse activo físicamente. “La actividad física estimula la liberación de endorfinas, unas hormonas que contribuyen a elevar el estado de ánimo, así como a disminuir la sensación de cansancio”, concluye el especialista.