Juan Villoro lo describe perfectamente con estas palabras: “en un ámbito díscolo, donde las envidias y las vanidades son moneda corriente, Palou es ajeno al egoísmo. Ha entendido la cultura como una oportunidad de favorecer a los demás. En una ocasión -continúa Villoro- lo vi llegar a la Biblioteca Palafoxiana y sentarse con discreción en la última fila. Aunque todos lo conocían, no deseaba ser protagonista sino espectador”. Esta es una anécdota publicada en diario Milenio, respecto a la forma de ser de Don Pedro Ángel Palou, quien recientemente cumplió seis años de fallecido.
La personalidad de un veracruzano que se hizo poblano por afecto, seguirá siendo referencia obligada en el ámbito de la cultura en Puebla, ciudad de eternos desafíos y contrastes, no es ajena a las disputas de un legado que: pese a los embates de la modernidad y el mercado, permanece vivo y vibrante.
Un poco nostálgicos desde mi modesta perspectiva, siempre es oportuno y bueno recordar el legado de un hombre honesto, sencillo y comprometido con su causa: la de una cultura democrática. Cada 11 de enero en la Casa de Cultura se rinde homenaje al trabajo y visión del hombre afable, profesor, historiador, del cronista de Puebla, quien estuvo al frente de este espacio a lo largo de 19 años.
En la administración de Antonio Gali se editó un texto de entrañables anécdotas en las que él mismo revela que pocos saben de su inmenso amor por el deporte, “…dirigí por mucho tiempo el futbol de la Universidad Autónoma de Puebla, con Humberto Figueroa como director de educación física… Tuve el privilegio de que el primer campeonato que ganó el Puebla Futbol Club como entidad profesional fue cuando yo fui presidente del equipo (Manuel Lapuente, entrenador). Con un equipo que se hizo a última hora, porque el Gobierno del Estado lo compró a un mes del campeonato…” (págs. 122 y 123, 2017. Don Pedro el cronista vital de Puebla).
En este contexto, ahora en el 2024 la Casa de Cultura cumplirá 50 años y es oportuno citar textualmente la reflexión que su hijo Javier Palou hace en referencia a este templo cultural. “La Casa de la Cultura representó y deseamos siga representando el lugar de aprendizaje y madurez de muchos artistas”.
“No olvidemos los tradicionales y numerosos torneos de ajedrez que contribuyeron a la formación de miles de niños y jóvenes poblanos. Una característica más fue la promoción de las mejores tradiciones; Ofrendas, Altar de Dolores, Talleres Literarios, Certámenes anuales, los de las lenguas madres que se hablan en la entidad y las biografías de las personalidades históricas poblanas como preservación unos, como difusión de forja todos. Como pivote La Casa de la Cultura —ya consolidada— inició la red de casas de cultura y de bibliotecas en la entidad. El taller de cerámica tanto de Talavera, como de barro laqueado, a cargo del maestro Gerardo (Gilberto) Castellanos, dio oficio a jóvenes y adultos… Con lo expuesto es suficiente para dar cuenta del valor y para entender que es indispensable invertirle nuevamente a la cultura en estos tiempos en que lo efímero y lo superfluo nos confunde y aleja de nuestra identidad, de nuestras raíces y tradiciones”. 11 enero 2023, hipócrita lector).
Agregaría una reflexión más: los hechos y acciones de una persona hablan por sí solas, las de don Pedro Ángel Palou han trascendido en el tiempo porque sirvieron a una causa noble, justa y llena de pasión, ojalá hubiera muchos Palou en el ámbito cultural para continuar con un legado que pocos podrán igualar.
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