Importantes esfuerzos y programas han sido diseñados por el gobierno federal para lograr que el elefante reumático en México camine sin problemas; sin embargo, para lograrlo, se requiere del apoyo fehaciente de todos los funcionarios que componen los gobiernos.
Gobernadores, presidentes municipales, servidores de primer, segundo y tercer nivel deben o deberían entregarse con verdadera vocación de servicio para lograr los objetivos trazados, pero, esto no sucede ya que muchos de ellos no comulgan con los principios y valores de la 4T.
La política en México mantiene muchas resistencias de un sistema que por más de tres décadas acostumbró a ciertos grupos a recibir beneficios para mantener una estabilidad social mediante “cañonazos de dinero”.
Convenios de publicidad, contratos, condonación de impuestos, complicidades y contubernios, que prevalecen en gobiernos de la 4T han ido socavando el ideal de un movimiento y de un hombre –Andrés Manuel López Obrador– quien luchó durante décadas para llegar al poder y generar un cambio de régimen político en el país.
De no cuidarse casos de nepotismo, corrupción, abuso de poder y tráfico de influencias en los gobiernos de izquierda, el descontento será cada vez mayor y regresaríamos a lo mismo, solo que con un “partido diferente”.
Conocemos la popularidad de Morena, pero el doble lenguaje de sus muchos militantes y el pragmatismo que comienza a vislumbrarse, es un factor indiscutible para restarle puntos. Varios morenistas ahora están más preocupados por las posiciones y los cargos en la administración pública, que en impulsar los ideales de un movimiento que llevó a personas casi desconocidas al poder.
Desafortunadamente esta constante se repite los gobiernos en las entidades, Puebla no es la excepción. Aquí tal parece que la lucha del gobierno estatal contra las viejas prácticas, incomoda al viejo régimen, que espera recuperar espacios a través de la denostación y ataque de los proyectos alineados a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Una sola persona no puede avanzar si no está cobijada por hombres y mujeres maduras, honestas, que con gran pasión logren aminorar con esas viejas prácticas, tal como lo dice el titular del Ejecutivo, prácticas como la milpa, “mil pa ti y mil pa mi”.
En este contexto, se suman son lamentables e inaceptables, hechos que están ocurriendo en la ciudad, como las manifestaciones de estudiantes, el paro de los policías, el tema de los comerciantes informales, el rechazo a los parquímetros, situaciones que tal parece pretenden desestabilizar a los gobiernos de la 4T.
Por tal motivo se requiere de un análisis profundo de lo que ocurre ya que una decisión superficial o fuera del contexto en el que se vive, puede desencadenar en una desestabilidad mayor en el terreno político.
El gobernador por su parte, está haciendo todo lo posible por alinear a Puebla a las ambiciosas acciones del gobierno federal, como el Plan México que prevé fomentar las importaciones, generar cadenas productivas y promover el empleo bien pagado.
También los programas sociales destinados a mujeres de entre 60 y 64 años, un sector históricamente olvidado; becas como: la “Rita Cetina” dirigida a estudiantes de educación básica; el Programa Salud Casa por Casa; Escuela es Nuestra y Jóvenes Construyendo el Futuro este 2025, en los que se destinarán 835 mil millones de pesos este año cerca de 2.5 puntos del PIB que se distribuyen de manera directa a 30 millones de familias.
El Plan Hídrico Nacional en el que se contempla una inversión de 20 mil mdp para el año 2025 y en el que se prevé el rescate del río Atoyac. Además del proyecto OLINIA para la fabricación de los coches eléctricos.
Pero el éxito de los proyectos depende de un equipo, por lo que es indispensable que los nuevos funcionarios de algunas áreas, dejen de pensar en el próximo sexenio -es muy pronto para eso- sean leales y comiencen a actuar dejando de lado los intereses personales o del grupo al que pertenecen y obtengan resultados visibles de los primeros 100 días de gobierno que pronto se cumplirán.