viernes, diciembre 12, 2025
21 C
Puebla
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

OTROS ARTÍCULOS

El Cirque Du Soleil llegó al palacio de los deportes con Ovo

Hay espectáculos que transforman un recinto… y luego está OVO de Cirque du Soleil, que lo reinventa desde sus entrañas.

Durante su paso por la Ciudad de México, OVO de Cirque du Soleil convirtió el Palacio de los Deportes en un enorme ecosistema lleno de color, ritmo y vida.

El recinto, habitualmente diseñado para conciertos masivos, se adaptó con una hazaña logística sorprendente: se habilitó un círculo de gradas, creando una experiencia envolvente que acercaba al público al corazón mismo de la acción. Una metamorfosis digna del mundo que retrata.

En este universo de insectos, la energía es contagiosa. Desde las hormigas acróbatas que desafían la gravedad con mazorcas, hasta los intrépidos grillos y ranas que corren por paredes verticales como si hubieran nacido para ello, OVO se vive como una fiesta biológica donde lo pequeño se vuelve gigantesco gracias a la imaginación ilimitada del Cirque.

Tuve la fortuna y también la mala suerte de asistir a la función del viernes 21 de septiembre. Afortunada porque presencié un espectáculo vibrante, luminoso y técnicamente impecable; desafortunada porque la acróbata principal, el personaje más visible en toda la campaña promocional, no pudo presentarse.

Una lesión, ocurrida la noche previa, la dejó fuera del escenario aparentemente. Y aunque la compañía hizo lo que siempre sabe hacer, salir adelante con profesionalismo absoluto, fue imposible no extrañar ese número emblemático que genera alta expectativa del espectáculo.

Aun así, OVO brilló. Brilló por su música brasileña, por la creatividad de su vestuario, por la gracia precisa que conecta con todas las edades y por la magia innegable del Cirque du Soleil cuando cuenta historias sin palabras, solo con cuerpos, luces y sonidos. Brilló porque eso es lo que hace el Cirque: elevar lo cotidiano en este caso, la vida de los insectos, a un nivel de poesía visual.

Hoy OVO ya no tiene fechas en México, pero la invitación queda abierta: siempre que Cirque du Soleil llega al país, es un acontecimiento imperdible.

Y para quienes deseen vivir su magia de forma permanente, está el espectáculo JOYÁ en Cancún, un montaje exclusivo que combina gastronomía, narrativa y acrobacia en un formato íntimo que no existe en ninguna otra parte del mundo.

Porque si algo nos recuerda OVO es que el asombro sigue siendo posible. Solo hace falta mirar de cerca… como lo haríamos con un insecto.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

“La Mano Peluda: El episodio maldito” — el teatro que te susurra al oído

“La obra que sale mal”: cuando todo falla ¡y eso la vuelve perfecta!

ÚLTIMOS ARTÍCULOS