El presidente electo Donald Trump ha expresado recientemente su interés en expandir el control de Estados Unidos sobre regiones estratégicas, específicamente el Canal de Panamá y Groenlandia.
Durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago, Donald Trump afirmó que no descarta el uso de la fuerza militar para adquirir estos territorios, argumentando que son esenciales para los intereses de seguridad nacional y económicos del país. (apnews.com)
Trump subrayó la importancia del Canal de Panamá, construido por Estados Unidos entre 1904 y 1914, como un atajo marítimo crucial. Criticó las prácticas de administración actuales y sugirió que una supervisión estadounidense mejoraría su operación.
En cuanto a Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, Donald Trump destacó su ubicación estratégica en el Ártico y su potencial de recursos, incluidos petróleo y gas.

Propuso que los residentes de Groenlandia podrían beneficiarse al integrarse a Estados Unidos, a pesar de los rechazos previos de las autoridades danesas y groenlandesas.
Estas declaraciones han generado fuertes reacciones entre líderes internacionales.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó la idea de adquirir Groenlandia como irrealista. Asimismo, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, rechazó rotundamente cualquier sugerencia de fusión con Estados Unidos tras las insinuaciones de Trump sobre imponer aranceles a bienes canadienses. (theaustralian.com.au)
Los analistas advierten que perseguir el control de estas regiones podría provocar importantes desafíos diplomáticos y tensiones globales. La viabilidad de tales acciones sigue siendo incierta, enfrentándose a posibles obstáculos legales y geopolíticos.
A medida que Donald Trump se prepara para su segundo mandato, estas propuestas indican un posible cambio en la política exterior de Estados Unidos hacia una postura más asertiva en la expansión territorial y la adquisición de recursos.