El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto renombrar el Golfo de México como «Golfo de América», argumentando que Estados Unidos realiza la mayor parte del trabajo relacionado con esta región y, por lo tanto, le pertenece.
En la misma conferencia, Trump criticó a México por el incremento en el ingreso de drogas a Estados Unidos y anunció su intención de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá si no toman medidas para detener el tráfico de fentanilo y equilibrar sus déficits comerciales con Estados Unidos.
El Golfo de México es una vasta cuenca oceánica compartida por Estados Unidos, México y Cuba.
Cada nación ejerce soberanía sobre sus aguas territoriales, mientras que una porción significativa del Golfo se considera aguas internacionales. Esta región es de vital importancia estratégica debido a su relevancia en la pesca, el comercio y la extracción de recursos naturales.
La propuesta de Trump ha generado reacciones en la comunidad internacional.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió sugiriendo que, en correspondencia, se podría denominar «América Mexicana» al territorio que comprende tanto a Estados Unidos como a México, haciendo referencia a la Constitución de Apatzingán de 1607.
Además, Trump ha expresado intenciones expansionistas, como recuperar el control del Canal de Panamá y considerar a Canadá como un estado de EE. UU., lo que ha sido rechazado por los respectivos países.
Estas declaraciones han suscitado preocupación por las posibles tensiones diplomáticas y económicas que podrían derivarse de la implementación de tales medidas.