La implementación de una clínica de catéteres ha demostrado el control y reducción de complicaciones relacionadas a la Terapia de Infusión.
Las tasas de bacteriemia (bacterias en la sangre) se han reducido de un 6.1 a un 2.9 de acuerdo a los informes reportados de enero de 2013 a marzo de 2018.
La práctica diaria del profesional de enfermería está relacionada con la Terapia de Infusión, la cual consiste en la administración de sustancias líquidas (utilizadas para la hidratación, la administración de fármacos o nutrición), directamente en una vena a través de una aguja o tubo (catéter), permitiendo el acceso inmediato al torrente sanguíneo. Comparada con otras vías de administración, la vía intravenosa es el medio más rápido para aportar soluciones y fármacos, siendo, además, la única vía de administración para algunos tratamientos, como es el caso de las transfusiones.
Es por ello, que el uso de la terapia de infusión intravenosa es imprescindible en el manejo de la persona hospitalizada, sobre todo en pacientes críticos, crónicos, oncológicos y/o con cuidados paliativos y cada vez más en el manejo del paciente ambulatorio.
La Terapia de Infusión Intravenosa representa un importante apoyo durante el proceso asistencial de los pacientes, independientemente de la complejidad del problema de salud. Diferentes publicaciones y otros documentos, revelan que en México entre el 80 y el 95 % de los pacientes hospitalizados reciben tratamiento por vía endovenosa y que en Estados Unidos se colocan anualmente más de 5 millones de catéteres venosos centrales y más de 200 millones de catéteres periféricos.
Es el procedimiento invasivo utilizado con mayor frecuencia en hospitales, sobre el cual la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, informó la aparición de 250 tipos de diferentes complicaciones relacionadas con la administración de la misma, señalando principalmente infección, oclusión, trombosis, flebitis (inflamación de las venas), extravasación, desplazamiento accidental, múltiples punciones al paciente e incluso punción accidental al profesional de la salud.
La presencia de dichas complicaciones se debe, fundamentalmente, a la variabilidad en los criterios de indicación, de mantenimiento y sustitución de catéter, medidas de higiene o preparación de la zona de punción, entre otras. Esta variabilidad en la práctica clínica conlleva, además, sufrimiento del paciente, deterioro de su sistema venoso, riesgo de sufrir infecciones locales y sistémicas, así como el incremento de costo tanto para el sistema de salud como para el paciente.