«Transformemos el miedo en esperanza y el silencio en acción.»
La violencia hacia las mujeres es uno de los problemas más graves y dolorosos de nuestra sociedad. A lo largo de los años, millones de mujeres han sido víctimas de agresiones físicas, emocionales y psicológicas, atrapadas en un ciclo de dolor que trasciende las heridas visibles.
Sin embargo, en medio de la adversidad, surgen historias de resiliencia que demuestran que es posible construir un futuro sin violencia.
Este camino de transformación, que va del dolor a la esperanza, exige acción conjunta, empatía y un compromiso firme de toda la sociedad.
La cultura de la culpa y la cosificación de la mujer
Es común que a las mujeres se nos vea como objetos sexuales, y muchas veces se nos culpa de ser responsables de las agresiones que sufrimos debido a nuestra forma de vestir.
Sin embargo, esta visión retrógrada no otorga a los hombres el derecho de maltratarnos.
Estas ideologías machistas, que se han perpetuado durante generaciones, fomentan la idea de que las mujeres están para complacer a los hombres y, en consecuencia, se normalizan el abuso, los insultos y la violencia.
El silencio forzado por el miedo
Esta realidad genera miedo, lo que lleva a muchas víctimas a permanecer en silencio por temor a las repercusiones.
La violencia de género no sólo perpetúa la desigualdad, sino que también refuerza estereotipos dañinos que hacen que el abuso se vea como algo normal.
Impacto de la violencia en la economía y la sociedad
Además de los daños emocionales y psicológicos, la violencia contra la mujer tiene un impacto directo en la economía.
Muchas mujeres víctimas de violencia pierden oportunidades laborales y educativas, lo que las deja atrapadas en círculos de pobreza y exclusión social.
Esta situación afecta tanto a las mujeres como a la sociedad en general, ya que se pierden talentos y capacidades que podrían contribuir al desarrollo social y económico.
El arte y la música como voz de las mujeres
A pesar de este escenario, el arte y la música han servido como un refugio y un altavoz para muchas mujeres que, aunque no se atreven a hablar públicamente, encuentran en las canciones una forma de expresar su dolor.
Un ejemplo reciente es el de la cantante española Mar Lucas, quien, tras haber sido víctima de violencia por parte de su pareja hace cuatro años, decidió alzar la voz a través de su música.
Su nueva canción «Rota» refleja su experiencia, convirtiéndose en un himno de valentía y superación para muchas otras mujeres que han vivido situaciones similares.
La necesidad de un cambio estructural en la sociedad
Erradicar la violencia contra la mujer requiere un cambio profundo en las estructuras sociales.
No es un problema que afecte solo a algunas, sino una responsabilidad de toda la sociedad.
Sólo en una comunidad donde todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir sin miedo y discriminación, podremos hablar de justicia y verdadero progreso.
Por Valeria Gómez Pérez