Hoy te vamos a compartir cómo mejorar la vida sexual con tu pareka y no tiene nada que ver con hablar más del tema o ser más proactivo.
Una de las mejores actividades para mejorar la vida sexual se trata, sorprendentemente, de dividir igualitariamente las tareas domésticas.
Y va desde las actividades más sencillas hasta otras más complicadas, ya sea lavar los platos o el cuarto de baño e, incluso, algo tan simple como doblar los calcetines.
Parecería que una cena a la luz de las velas puede funcionar lo mismo que un romántico paseo a la luz de la luna.
Sin embargo, investigaciones demuestran que si nuestra vida sexual necesita un empujón, establecer un reparto equitativo de las tareas domésticas tendrá el efecto deseado.
Una investigación de la Universidad de Cornell reveló que las parejas que reparten las tareas del hogar poseen un mejor promedio de encuentros íntimos.
El informe arrojó que aquellos cónyuges que se reparten habitualmente las actividades promediaron unas 6.8 relaciones sexuales por mes.
Por otro lado, cuando uno de los dos se encargó de todas las responsabilidades, el promedio de encuentros íntimos se redujo a cinco por mes.
Mientras que la mayoría de esas personas que reconocieron cargar con toda la rutina de los labores del hogar fueron mujeres.
Otro estudio realizado en la Universidad de Alberta y publicado en la revista Journal of Family Psychology, asevera que hacerlo resulta en una vida sexual más intensa, frecuente y satisfactoria para ambos miembros de la pareja.
La investigación estudió a 1.338 parejas a lo largo de cinco años y constató que:
Cuando los hombre afirmaban contribuir a las tareas domésticas, la pareja experimentaba relaciones sexuales más frecuentes y los dos afirmaban tener mayor satisfacción sexual al cabo de un año.
Dr. Matthew Johnson, de la Universidad de Alberta.
Lo más importante no es el volumen de tareas que cada uno realice (pues depende del contexto y de factores como si uno trabaja y el otro no), sino la percepción de ambos miembros de que el reparto es justo siempre, según el estudio.
Lo curioso es que un estudio anterior, de 2013, dirigido por la American Sociological Review, concluía que «la participación del hombre en las tareas domésticas era perjudicial para la vida sexual de la pareja».
El nuevo estudio refuta el hallazgo anterior, lo que resulta gratificante: la idea de que la vida sexual de la pareja se viera perjudicada por algo tan evidentemente positivo como que el hombre se implique en las tareas del hogar es perversa e irritante.
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