La invención del Código Morse, supuso grandes cambios sociales. Por eso hoy te decimos ¿qué es? y ¿cómo funciona?
Con la invención del Código Morse, por primera vez en la historia el ser humano podía comunicarse a grandes distancias a la velocidad de la luz, lo que generó grandes cambios y revolucionó las comunicaciones.
Antecedente del día
El 27 de abril se celebra el Día del Código Morse, una fecha que conmemora el nacimiento de Samuel Morse, inventor de este sistema de comunicación.
¿Qué es?
El código Morse es un sistema de codificación de caracteres alfabéticos y numéricos que utiliza secuencias de señales, generalmente en forma de pulsos eléctricos, sonidos o luces, para transmitir mensajes a través de largas distancias.
Fue desarrollado por Samuel Morse y Alfred Vail en la década de 1830 y desempeñó un papel crucial en las comunicaciones durante más de un siglo.
¿Cómo funciona?
El código Morse asigna a cada letra y número una secuencia única de puntos (cortos) y rayas (largos).
Por ejemplo, la letra A se representa como «.-» (punto-raya) y la letra B como «-…» (raya-punto-punto-punto). Las señales se pueden transmitir mediante pulsos eléctricos a través de cables, sonidos audibles o luces visibles.

La duración del punto es la más breve posible. La raya tiene una duración cercana a tres veces la del punto. Entre dos símbolos de la misma letra, hay una pausa con una duración similar a la de un punto. Entre las letras de una palabra, la pausa es aproximadamente el tiempo de tres puntos. Para separar palabras en una transmisión, el intervalo es alrededor de tres veces la duración de una raya.
Cómo se transmite el código Morse
El código Morse fue desarrollado para usar el telégrafo, un dispositivo ideado también por Samuel Morse en 1832.
Es un sistema de comunicación que permite transmitir mensajes a larga distancia mediante la codificación y envío de señales, generalmente en forma de pulsos eléctricos a través de cables.
Emplea un dispositivo llamado «transmisor» que convierte los mensajes en señales eléctricas, y un «receptor» que recupera las señales y las traduce nuevamente en mensajes legibles.
El primer mensaje se envió el 24 de mayo de 1844, cuando el propio Morse transmitió «Lo que Dios ha creado» («What hath God wrought», una cita bíblica) desde la Corte Suprema de los Estados Unidos en Washington, D.C. a su asistente, Alfred Vail, en Baltimore, Maryland.
Era la primera vez en la historia en la que se lograba enviar un mensaje a gran distancia a la velocidad de la luz, es decir, casi de forma instantánea. De este modo, a medida que el uso del telégrafo comenzó a popularizarse, los cambios sociales que produjo fueron tan disruptivos como los que más tarde originaría internet.
Rápidamente, esta tecnología comenzó a utilizarse en negocios, pues facilitó las transacciones comerciales y financieras a nivel mundial, permitiendo a los comerciantes y empresarios obtener información sobre precios y condiciones del mercado en tiempo real, lo que impulsó el comercio internacional y la economía en general.
También revolucionó el periodismo al facilitar la rápida difusión de noticias y eventos a nivel local, nacional e internacional, lo que llevó al surgimiento de agencias de noticias y al aumento de la demanda de periódicos y boletines informativos.
En todos los ámbitos dio lugar a nuevas formas de interacción, desde el periodismo hasta la guerra. Además, impulsó el surgimiento de nuevas costumbres y términos.
Aumentando la velocidad del habla
Sabiendo que el código Morse era más lento que hablar y con el objetivo de aumentar la velocidad de transmisión, Morse y Vail comprendieron que podían ahorrar pulsaciones de telégrafo asignando las secuencias más cortas de puntos y rayas a las letras más comunes.
No obstante, en aquel entonces, se tenía un conocimiento limitado sobre las estadísticas del alfabeto. Fue entonces cuando a Vail se le ocurrió una idea.
Visitó las oficinas del periódico local de Morristown, en Nueva Jersey, y examinó las cajas tipográficas, descubriendo que había un surtido de 12000 “e”, 9000 “t” y sólo 200 “z”.
Vail y Morse reorganizaron el alfabeto según estos datos. Originalmente habían usado raya-raya-punto para representar la “t”, la segunda letra más corriente; así que ascendieron a la “t” y le asignaron una sola raya, ahorrando así a los operadores telegráficos del futuro millones y millones de pulsaciones en el teclado.
Mucho tiempo después, los teóricos de la información calcularían que aquello había supuesto una ganancia de casi un quince por ciento para un texto telegráfico inglés.
También podría interesarte:
¿Por qué la señal de auxilio «SOS» es la más famosa?
WhatsApp: qué significa mandar el mensaje “7642″