Hace 73 años, un día como hoy dos de marzo pero de 1959, inició transmisiones el canal Once auspiciado por el Instituto Politécnico Nacional, sin duda un ícono y ejemplo entre los formatos de televisión para acercar la cultura, la ciencia, la educación y el entretenimiento a la sociedad.
Para esa época México más bien tenía una sociedad conservadora, gobernada por un régimen priísta. Época en la que la Secretaría de Gobernación prohibía que los cómicos hicieran ademanes femeninos.
Era el momento en el que se estrenaba la famosa película “Gutierritos”, que me parece se puede comparar hoy con el personaje principal de la película: “Los Godinez”. Las salas de cine se llenaban para ver “Una Eva y dos Adanes”, protagonizada por Marylin Monroe, en la que en forma cómica se explora la sexualidad desde diversos ángulos. Hasta nuestros días, se han adaptado versiones como la de Sugar, una comedia musical representada en el teatro en México por Arath de la Torre, Mauricio Herrera y Benito Castro.
En contraste y como una propuesta alterna a lo que se maneja en el plano comercial, ese dos de marzo el Canal Once vio por primera vez la luz desde un pequeño estudio con cámaras de circuito cerrado en el Casco de Santo Tomás, Ciudad de México, Adolfo López Mateos, era Presidente de México y la idea original para la creación de canal fue del ingeniero Alejo Peralta, entonces director del Instituto Politécnico Nacional.
En la liga canalonce.mx se detalla la historia de este canal de televisión que ha acompañado a la sociedad mexicana desde hace más de siete décadas, cito textual: “en un principio, la señal de la emisora llegaba a unas cuantas colonias de la Ciudad de México, y para ello se regalaron y colocaron a domicilio pequeñas antenas creadas por los técnicos de la televisora y estudiantes del Instituto Politécnico”.
“El primer programa transmitido fue una clase de matemáticas impartida por el profesor e ingeniero Vianey Vergara. En aquella época, se podían apreciar por la pantalla cursos de inglés, francés y ciencias sociales con el objetivo de añadir un valor educativo a la televisión pública en México”, según una versión que circula en redes del IPN”.

“En los años 60 el Once logró poner la televisión al servicio de las grandes causas nacionales, y con la ayuda de figuras como Brígida Alexander, Miko Villa, José Luis Ibáñez, Juan José Gurrola, y actores como Carmen Montejo, Lorenzo de Rodas y Carlos Ancira, entre otros, se reestructuró su programación”.
“A mediados de los setenta inició transmisiones a color. Para ello, se adquirió equipo y algunas cámaras, para grabar originalmente en 1 de 3 blanco y negro, pero reconvertidas por los técnicos de la emisora para cumplir las expectativas. En los años ochenta se contaba ya con cuatro estudios de televisión, lo que le permitió al Once seguir siendo semillero de grandes figuras, además de ser una ventana en la que se podía disfrutar del trabajo de personajes de destaca trayectoria nacional y de talla internacional. Al llegar los años noventa el cambio fue radical en El Once, al renovarse la infraestructura tecnológica, producir nuevas series y contenidos, además dar mantenimiento a la antena del Cerro Chiquihuite, logrando con ello mayor cobertura”.
“Con el paso del tiempo, El Once se apropió de las nuevas herramientas tecnológicas para promover la interacción y retroalimentación con los televidentes”. Hoy cuenta con 5 estudios de televisión que producen gran parte de la programación que permite a la población conocer y entender el contexto nacional e internacional. El 2015 marcó a la historia de la televisión en México, ya que ese año se realizó el apagón analógico en el país para dar paso a la era digital de la televisión mexicana”.
“El Once se preparó durante años para contar con el equipo necesario y migrar sin ningún contratiempo. De esta manera, hoy asegura a los mexicanos el acceso a una señal educativa, cultural, de calidad y con valor social”.
Es así como una televisora medular en la programación de contenidos para la sociedad mexicana, que se apoya con recursos del estado, ha logrado estar vigente más de siete décadas, captando el interés de las audiencias, precisamente en estos tiempos en los que el público está ávido de alternativas que den un poco de respiro a la vorágine comercial que en cada corte nos taladra los sentidos, por ello los y las invito a sintonizar El once.
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