El 25 de junio de 1978, los vientos de San Francisco ondearon por primera vez la bandera LGBT de la Historia.
Hoy, 28 de junio, celebramos el Día del Orgullo LGBT+, por lo que en Revista Única te vamos a platicar sobre el origen de la bandera LGBTIQ, el símbolo más importante de la comunidad.
La primera bandera LGBT
La primera bandera LGBT fue el resultado de una labor de artesanía del discurso social y no fue solo una, sino dos banderas que reflejaban el arcoíris en ocho colores: rosa, rojo, naranja, amarillo, verde, turquesa, azul y morado.
Una de ellas incluía franjas marcadas al estilo de la bandera de Estados Unidos y la otra se elaboró sin franjas, pero ambas eran idénticas en sus 15 metros de largo y ancho.
El primer color del espectro que utilizaron, el rosa, hacía un guiño al triángulo rosa invertido con el que el nazismo marcó a las personas homosexuales, bisexuales, transexuales y no normativas.
Gilbert Baker, el artista que dio color a la bandera LGBT
Gilbert Baker, el creador de la bandera arcoíris, nació en 1951 en la localidad estadounidense de Chanute (Kansas). Baker ingresó a los 19 años en el Ejército y fue destinado a San Francisco (California) en pleno apogeo del movimiento por los derechos civiles, de las mujeres, así como de reivindicación de la homosexualidad.
Dos años después, Gilbert Baker decidió abandonar el Ejército y lo licenciaron con honores. También tomó la decisión de quedarse en San Francisco, donde aprendió a coser de manera autodidacta y comenzó a diseñar pancartas para las manifestaciones en contra de la guerra y a favor de los derechos de los homosexuales.
Fue en esta etapa en la que conoció y entabló una gran amistad con el político y activista Harvey Milk. Comenzó de esta forma una carrera como artista que tiene en la bandera arcoíris (1978) su creación más célebre y que se ha convertido también en el símbolo icónico de su obra.
En una entrevista para el MoMa (Museo de Arte Moderno), Baker narró en 2015 el proceso creativo del impulso que les llevó a crearla:
“Decidí que la bandera necesitaba un lugar de nacimiento, así que no la hice en casa; la hice en el Centro Comunitario Gay en el 330 de la calle Grove en San Francisco. Tomamos el control de la galería del ático del último piso y teníamos enormes botes de basura llenos de agua donde mezclamos tinte natural con sal y usamos miles de metros de algodón. Quería hacerlo de manera orgánica, con mis amigos; necesitaba tener una conexión real con la naturaleza y la comunidad”–
Un símbolo por la libertad
Gilbert Baker, una “gran drag queen” en la década de los setenta, como se definía a sí mismo, también había aprendido a coser para poder confeccionarse la ropa que quería para sus shows y que no podía comprar. De esta forma se convirtió en “el tipo que hacía pancartas para las marchas de protesta”.
Solo unos meses después, en noviembre de 1978, Milk fue asesinado. Su asesinato impulsó a Baker a dedicar su vida posteriormente a utilizar la bandera que ambos idearon para impulsar el movimiento de los derechos de su colectivo.
Y eligió deliberadamente no registrarla. Baker murió en 2017 en la indigencia, pese a que el arcoiris símbolo LGBTQ+ ha generado y sigue generando millones de pesos.
El arcoíris, un gran aliado
«El arcoíris era perfecto porque realmente encaja con nuestra diversidad en términos de raza, género, edades… Además, es una bandera natural, una bandera del cielo. Y aunque el arcoíris se ha utilizado de otras formas en la vexilología (el estudio de las banderas), este uso ha eclipsado por mucho cualquier otro uso que pudiese tener”, aseguraba en una entrevista.
La idea era transmitir la diversidad e inclusión a través de la naturaleza: “de un elemento natural para representar que la sexualidad es un derecho humano”.
Consciente del legado que ambos dejaban, también desmintió la leyenda que relacionaba los orígenes de la idea con la canción de Judy Garland «Over the Rainbow».
De vuelta al hogar
Tras alzarlas, las dos banderas se expusieron y almacenaron posteriormente en un centro comunitario LGBTQ+ ya clausurado, donde una de ellas fue robada.
La otra fue rescatada por Gilbert Baker de la humedad y el olvido, haciéndose con un trozo en buen estado que llevó consigo a Nueva York y en 1994 formó parte de una exposición con motivo del 25º aniversario del levantamiento de Stonewall.
El origen del símbolo
Con su muerte, aquel trozo de bandera llegó a las manos de su hermana, que en 2019 la cedió a la Fundación Gilbert Baker para su uso durante el 50 orgullo en la ciudad de Nueva York.
Lo que ni la fundación ni nadie sabía era que tenían ante ellos la primera bandera del orgullo, el origen del símbolo. Ha hecho falta el trabajo de un estudio para comprobar el valor de esta pieza textil.
Desde entonces, se encuentra expuesta en el Museo de la Sociedad Histórica GLBT de la misma ciudad en la que nació 43 años atrás.
«Para las personas LGBTQ, hay pocos artefactos que tengan el significado histórico, político y cultural de esta obra de arte fundamental, la bandera arcoíris original. Estamos profundamente agradecidos de que Gilbert Baker haya guardado este fragmento y lo haya traído a casa en San Francisco. Confiamos en que su mensaje de diversidad, liberación y esperanza seguirá inspirando a las personas queer durante las generaciones venideras», señalan al respecto Charley Beal, presidente de la Fundación Gilbert Baker, y Terry Beswick, director ejecutivo de la Sociedad Histórica LGBT.
Con información de El Confidencial; El País.
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A.M.